Deportivo 3 - 1 Mallorca
Deportivo de La Coruña: Lux; Seoane, Marchena, Insua, Manuel Pablo; Álex Bergantiños; Arizmendi (Núñez, min.66), Juan Domínguez, Culio, Luisinho (Juan Carlos, min.90); y Luis Fernández (Borja Bastón, min.78).
Mallorca: Miño; Ximo, Bigas, Geromel, Kevin; Alfaro, Thomas, Íñigo Pérez (Moreno, min.60), Riverola (Asensio, min.65); Víctor y Gerard (Geijo, min.86).
Goles: 1-0, min.24: Luisinho. 2-0, min.32: Luis Fernández. 2-1, min.48: Víctor. 3-1, min.56: Marchena.
Árbitro: Munuera Montero, del colegio andaluz. Expulsó por doble amarilla al central del Mallorca Geromel (min.28). Amonestó a Alfaro (min.35), Bigas (min.77) y Thomas (min.93), por parte del Mallorca; y a Arizmendi (min.52) y Fernando Vázquez (min.74), por parte del Deportivo.
La agonía del Mallorca no cesa. Incapaz de salir del agujero en el que recayó hace cuatro jornadas, el conjunto bermellón apiló en Riazor otro chasco de los que escuecen. Inmovilizada por una expulsión absurda y por una alarmante falta de competitividad, la escuadra de Oltra descarriló en otra de las curvas del calendario y queda ya muy distanciada de la zona roja (3-1).
Con media de hora de acción le bastó al Mallorca para desintegrarse. Acostumbrado a abonar un alto peaje por sus excesos, su partido en Riazor quedó reducido esta vez a una tercera parte. Porque aunque es cierto que fuera de esa franja el grupo nunca bajó los brazos, también lo es que completó una carrera a ciegas. A la desesperada.
Y eso que el equipo, embutido en un disfraz atípico por culpa de las bajas, había sorprendido gratamente durante el turno de las presentaciones. Invadiendo desde el primer minuto la mitad de la cancha blanquiazul, los de Oltra acariciaron el gol con una acción que fue invalidada de forma extraña y empezaron a producir. Mientras el Deportivo se parapetaba a las puertas de su refugio y dejaba que fuera su invitado quien amasara la pelota, el Mallorca apretaba, tocaba, llegaba y se mostraba netamente superior al conjunto gallego. Solo faltaba el martillazo que lo pusiera todo en su sitio. Fundamentalmente el marcador.
Al final fue el Deportivo, que a los veinte minutos apenas había abierto la boca, quien le puso la dinamita al partido. Se abrieron las costuras defensivas del Mallorca y Arizmendi, después de superar a Kevin por su carril, le servía un gol medio empaquetado a Luisinho que iba a arrasar mentalmente a los rojillos.
Ahí empezó la pesadilla del Mallorca. En diez minutos de terror y oscuridad, los baleares perdieron a Geromel por una doble amonestación y encajaron otro golpe en la mandíbula, ahora ya definitivo. Luis Fernández, liberado de su marca, aprovechó una intervención incompleta de Miño para poner un océano de por medio entre los dos equipos. Volvía a ser de noche. Todo se había ido por el desagüe.
O eso parecía, porque el Mallorca se revolvió por última vez tras el descanso e hizo tragar saliva al Deportivo. Víctor edulcoró el marcador con testarazo de manual a pase de Riverola y, casi a continuación, Alfaro afiló un error gigantesco de Germán Lux para silenciar a Riazor con un tanto bien anulado. Llegó a parecer que el equipo todavía respiraba, aunque salió de la cueva Carlos Marchena para infectar sus heridas con un remate de cabeza que derivó en gol fantasma. Correcto, en cualquier caso.
Desnudo y tiritando, el Mallorca se agarró a Marco Asensio para recorrer la última media hora del encuentro. El juvenil es un futbolista en formación con el que el técnico ha optado por dosificar sus apariciones, pero también un oasis en medio del desierto. Con un par de fogonazos y otros tantos pases al hueco mejoró de largo el rendimiento de algunos de sus compañeros y recordó que el futuro del club es suyo.