Deportivo 2 - 0 Espanyol
Deportivo: Aranzubia; Manuel Pablo, Aythami, Zé Castro, Sílvio; Abel Aguilar (Álex Bergantiños, min.64), Juan Domínguez; Bruno Gama, Valerón (Kaká, min.75'), Pizzi; y Riki (Nelson Oliveira, 79').
Espanyol: Cristian Álvarez; Javi López, Colotto, Raúl Rodríguez, Víctor Álvarez; Baena (Simao, min.71), Tejera (Cristian Gómez, min.58); Stuani, Verdú (Petrov, min.85'), Wakaso; y Sergio García.
Goles: 1-0, min.49: Bruno Gama. 2-0, min.91: Nelson Oliveira.
Árbitro: César Muñiz Fernández, del colegio asturiano. Mostró tarjeta amarilla a Manuel Pablo (min.30), Abel Aguilar (min.34) y Valerón (min.65), por el Deportivo, y a Tejera (min.12), Baena (min.41), Cristian Álvarez (min.44), Javi López (min.55) y Colotto (min.86), por el Espanyol.
Bruno Gama y Nelson Oliveira han dejado al rojo vivo la lucha por esquivar el descenso con dos goles que permitieron al Deportivo sumar una victoria clave en su pugna por la permanencia (2-0), ante un Espanyol que se aleja de Europa.
El partido sirvió para traer mejores tiempos a la memoria de los aficionados que acudieron a Riazor, pues hoy se cumplían 13 años desde que el 19 de mayo de 2000 el equipo coruñés conquistara su primer y único título de Liga, precisamente en otro enfrentamiento entre el Deportivo y el Espanyol que terminó con el mismo resultado, aunque con unas connotaciones totalmente distintas a las actuales.
El Espanyol quería dejar claro desde los primeros instantes que no llegaba de paseo a Riazor y que no se rendía en su lucha por entrar en Europa, así que a los tres minutos llegó el primer aviso, en un centro desde la banda derecha de Sergio García que Stuani estrelló de cabeza en el larguero, cuando la afición coruñesa ya se temía lo peor.
El Deportivo se repuso pronto del susto y en el primer cuarto de hora dispuso de tres oportunidades para inquietar a Cristian Álvarez, primero en un remate demasiado cruzado de Riki, luego en una chilena desviada de Zé Castro y finalmente en un mano a mano casi sin ángulo de Pizzi, que salvó el portero del Espanyol con una buena intervención.
El partido entró entonces en una fase de juego anodino, en la que no estaba claro si el Deportivo llevaba más la iniciativa por deseo propio o por la voluntad del Espanyol de ceder terreno para buscar algún contraataque, pero la realidad es que ninguno de los dos equipos parecía estar cerca del gol.
El descanso sirvió como inyección de adrenalina para los dos equipos, con una segunda parte que empezó con un ritmo frenético, ya que el Espanyol sólo necesitó un minuto para meter el miedo en el cuerpo a la afición del Deportivo.
Wakaso organizó un rápido contraataque para dejar a Sergio García completamente solo ante Aranzubia, pero el portero sacó una mano salvadora para ralentizar el disparo y dar tiempo a Sílvio para despejar el balón cuando ya se colaba en la portería, ante las protestas de los jugadores del Espanyol, que reclamaron un supuesto gol fantasma.
Sólo tres minutos tardó el Deportivo en responder y no pudo ser de forma más contundente, porque Bruno Gama se hizo hueco con un recorte en la frontal del área y se inventó un potente disparo lejos del alcance de Cristian Álvarez, que sólo pudo contemplar cómo el balón entraba en su portería.
El Deportivo había pasado en un momento de poder verse en desventaja a tener el marcador a favor, e incluso pudo ampliar la renta a los 59 minutos, cuando Riki se marchó de Baena, pero se hizo un lío ante Cristian Álvarez.
Si el portero del Espanyol estuvo seguro durante toda la tarde, Aranzubia no quiso ser menos y evitó el empate a los 65 minutos con otra acertada intervención después de un remate de Verdú que se había envenenado.
Fernando Vázquez decidió entonces amarrar el resultado y dio entrada a Kaká por Valerón, un defensa por un media punta, con lo que el Deportivo pasó a jugar con un esquema de tres centrales.
El empuje del Espanyol no generó demasiado peligro y las dudas del Deportivo desaparecieron en el tiempo de prolongación, cuando Nelson Oliveira picó el balón encima de la salida de Cristian Álvarez para sentenciar la victoria de su equipo.
Nelson pasó de héroe a villano para Riazor en cuestión de segundos, ya que mandó callar a la grada durante la celebración de su gol, y el estadio despidió al delantero con una pitada, aunque con la alegría de una victoria que deja al Deportivo más cerca de la permanencia.