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El Zaragoza toma oxígeno e interrumpe el sueño europeo del Espanyol

| Cornellà-El Prat |

Espanyol 0 - 2 Zaragoza


Espanyol
: Kiko Casilla; Javi López, Raúl Rodríguez, Héctor Moreno, Dídac; Forlín (Thievy, min.65), Romaric; Coutinho, Verdú, Weiss y Uche (Rui Fonte, min.71).

Zaragoza: Roberto; Álvarez, Lanzaro, Da Silva, Obradovic; Pinter, Apoño; Luis García (Micael, min.61), Edu Oriol (Zuculini, min.73), Lafita y H. Postiga (Juan Carlos, min.85).

Goles: 0-1, min.54: Da Silva; 0-2, min.90+: Juan Carlos.

Árbitro: Muñiz Fernández (comité asturiano). Amonestó a Dídac (min.42), Lafita (min.43), Lanzaro (min.63), Álvarez (min.68), Coutinho (min.88), Zuculini (min.90) y Roberto (min.90+).

El Real Zaragoza, colista de Primera división, toma oxígeno para la salvación -ahora con quince puntos- y frena la ambición europea del RCD Espanyol, que rompe una racha de siete partidos sin perder, en un partido en el que los pericos pusieron la mayor parte del fútbol.

La insistencia catalana, liderada por Coutinho y Weiss, no tuvo premio. Cando mejor estaba el bloque de Pochettino, Da Silva logró el 0-1 tras un córner en el 54. Los de Manolo Jiménez aguantaron las numerosas acometidas blanquiazules hasta desmontar su ímpetu con el 0-2 en el tiempo de añadido por un error de concentración de la zaga local.

El primer aviso del conjunto maño lo dio un ovacionado Luis García, experico, en el minuto cuatro. Kiko Casilla detuvo el balón con una acrobática intervención. Fue todo lo que hizo el Zaragoza en los primeros compases del partido ante un Espanyol que no dejaba de combinar arriba con Coutinho, Weiss y Verdú, muy activos.

Aunque los catalanes dominaban, ninguno de los dos equipos chutó entre los tres palos hasta el minuto 27. Hélder Postiga remató con la cabeza, en el área pequeña, un centro de Luis García desde la izquierda. El delantero portugués lamentó desperdiciar la mejor y única ocasión de los suyos en la primera parte.

El Zaragoza estaba conforme con un partido lento; le bastaba el juego de bandas y los uno contra uno de Lafita, que puso en problemas a Javi López. Poco a poco el Espanyol se contagió de su ritmo y abandonó la intensidad y presión inicial. Un córner de Weiss, que conectó con Raúl Rodríguez, era todo lo que ofreció.

Pero en el 38, una triple ocasión volvió a encender Cornellá-El Prat. Coutinho, tras un pase de talón de Weiss, envió el balón a la base del palo derecho. Kalu Uche, atento al rebote, estrelló su disparo contra Roberto y el rechace fue a las botas del eslovaco, pero el meta madrileño sacó una mano estelar.

Era el momento del Espanyol y un examen para los centrales de Manolo Jiménez. Cinco minutos después, Uche desaprovechó otra oportunidad clarísima solo en el punto de penalti: el latigazo del nigeriano salió alto. El Zaragoza apostó entonces por romper la dinámica perica con varias faltas que crisparon el duelo.

En la reanudación, el conjunto maño esperó a los catalanes atrás, abonados a la electricidad de Weiss y Coutinho. De todos modos, aunque el brasileño volvió a poner a prueba a Roberto, el Zaragoza, sin apenas llegadas, cambió el partido. Da Silva remató de cabeza un córner en el minuto 54 y congeló la sesión matinal de Cornellá: 0-1.

No había tregua. Coutinho, inspirado, estampó un disparo contra el larguero. Obligados a buscar el empate, los pericos dejaron espacios y mejoraron las prestaciones ofensivas del rival. Lo aprovechó Edu Oriol que, tras un recorte, probó fortuna con un tiro cruzado. Postiga también examinó a Casilla en la siguiente acción.

El tiempo corría a favor del Zaragoza ante un anfitrión ansioso. Centrados en marcar, rebajaron la tensión defensiva: Lanzaro remató solo un córner en el 76, a las manos del portero catalán. Además, la salida de balón estaba muy comprometida pese a que Manolo Jiménez apenas situó futbolistas arriba.

La insistencia del Espanyol acabó en nada. De hecho, el premio sería para el bloque maño. En el descuento Juan Carlos arruinó totalmente la esperanza local al regatear al portero. Micael sacó rápido una falta cercana al área y, aprovechando el desconcierto catalán, regaló un el 0-2 a su compañero. Oxígeno para la salvación.

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