El Foro Grimaldi del Principado de Mónaco albergó una nueva edición del sorteo de la fase de grupos de la Liga de Campeones, que cada año está más condicionado por los derechos televisivos y, por tanto, demasiado teledirigido por una serie de reglas y excepciones que la quitan gran parte de su emoción.
Nada más sortearse los cabezas de serie, ya se sabía, por ejemplo, que al Barcelona no le podía tocar el 'coco' del bombo 3, el Manchester City, pues por su lado del cuadro ya iban otros dos equipos ingleses como líderes de otros dos grupos, el Chelsea y el Arsenal.
La no coincidencia de equipos del mismo país en un mismo grupo y la obligatoriedad que dos conjuntos de una misma federación tengan que jugar en días distintos y uno como local y el otro como visitante provoca que la distribución de los 32 equipos participantes en ocho grupos de cuatro se un rompecabezas en el que el azar tiene un papel secundario.
Con el secretario general de la UEFA, Gianni Infantino, y el director de competiciones, Giorgio Marchetti, como maestros de ceremonias el sorteo arrancó con la imponente presencia de la Copa de Europa como testigo.
Protocolo roto
El trofeo lo subió al escenario Carles Puyol, capitán del vigente campeón de 'Champions', el Barcelona, que rompiendo el protocolo asistía a la gala con un polo con el escudo del club, bermudas y zapatillas de deporte.
La indumentaria de Puyol, que después de la ceremonia debía entrenarse con el conjunto azulgrana en el estadio Luis II para seguir con su recuperación, suscitaba los comentarios jocosos de la prensa que seguía el evento y también de los dos presentadores del acto: el periodista luso Pedro Pinto y la actriz suiza Melani Wininger.
Como es habitual, el sorteo contó con la 'mano inocente' de varios ex futbolistas ilustres. En esta ocasión ayudaron a sacar las bolas de las cuatro copas sir Bobby Charlton, Luis Figo, Ruth Gullit y Lothar Matthäus.
Además, Paul Breitner, mítico defensa de la Alemania de los 70 y los 80 ejercía como embajador de la próxima final, que se disputará el 19 de mayo de 2012 en el Allianz Arena.
El ex futbolista de Bayern de Múnich y Real Madrid abandonó el escenario con la Copa de Europa que entregó Puyol y que, a partir de ahora, quedará custodiada en el estadio muniqués.
En lo que respecta estrictamente al azar, el sorteo fue benévolo con el Barcelona (Milán, Bate Borisov y Viktoria Plzen) y Real Madrid (Olympique de Lyon, Ajax y Dinamo de Zagreb), menos con el Valencia (Chelsea, Bayer Leverkusen y Racing Genk) y despiadado con el Villarreal, que en su vuelta a la Liga de Campeones tendrá que enfrentarse a Bayern de Múnich, Manchester City y Nápoles.
La vuelta de Zlatan Ibrahimovic al Camp Nou o la de Juan Mata a Mestalla fueron algunos de los guiños de un sorteo descafeinado que dio paso a la entrega del nuevo premio que otorga la UEFA al mejor jugador de las ligas europeas.
La distinción reunió, esta vez vestidos de traje oscuro y corbata, como marca el protocolo, a los jugadores del Barcelona Lionel Messi y Xavi Hernández y al del Real Madrid Cristiano Ronaldo, los tres finalistas en esta primera edición.
Ni siquiera la votación en directo -de 53 periodistas representantes de otras tantas federaciones adscritas a la UEFA- ha aportado algo de misterio al galardón, que ganó Messi, tal como estaba cantado.