Decenas de aficionados y de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión se agolparon ayer por la tarde en el aeropuerto de Barajas, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, para despedir a la plantilla del Real Madrid, que viaja a China en una gira de pretemporada.
Los jugadores llegaron al aeropuerto madrileño en un autobús media hora antes del despegue del avión de la compañía Malasia Airlines y accedieron directamente a la zona de embarque, sin pasar por los mostradores de facturación, por el cordón policial fijado entre una de las puertas de entrada y el control de pasaportes.
Los aficionados, que aguardaban en Barajas desde dos horas antes de la llegada del equipo, comenzaron a lanzar gritos al ver descender del autobús, especialmente cuando apareció el británico David Beckham, momento en el que se sucedieron las carreras, los empujones, los golpes y los flashes de los fotógrafos. Acercarse a la plantilla fue imposible debido a las fuertes medidas de seguridad impuestas, en las que participaron agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Municipal, además de vigilantes de seguridad privada del propio aeropuerto.