La historia más reciente del baloncesto balear no puede entenderse sin una figura clave en algunos de sus momentos de mayor eclosión y consolidación en el panorama nacional. Guillem Alomar (Santa Margalida, 1952) sigue metido de lleno dentro de este mundo participando del máximo exponente de la canasta en las islas, el Palma Air Europa, pero a sus espaldas queda una larga trayectoria como jugador y dirigente desde hace ya cincuenta años, cuando empezó a practicar este deporte en las filas del Sant Josep, allá por 1964. Joventut Mariana y Alcúdia, ya en los años 80, donde dejó huella a la hora de poner en marcha un proyecto que llegó a la élite años después, fueron sus siguientes paradas antes de ubicarse al frente del proyecto que recogió el testigo del Patronato a la hora de intentar el asalto de Palma a la ACB. En 2008 llegó a su fin su etapa en el Aqua Mágica, heredero natural de un Alcúdia que dio el salto de la por entonces LEB-2 a la segunda competición del baloncesto español en 2005.
Toda esa singladura hace de Guillem Alomar un personaje de referencia, poseedor de una hoja de servicios que le llevó a recibir un reconocimiento de altura.
Emotivo
La Federació de Bàsquet de les Illes Balears (FBIB) acordó conceder su insignia de oro al veterano dirigente y exjugador. Reconocimiento que recibió en la jornada de ayer durante un encuentro con los máximos rectores del organismo, encabezados por su presidente, Jaume Estarellas, quien hizo entrega de la insignia a Alomar. Los vicepresidentes de la territorial, María Jaume y Antoni Salas, también estuvieron presentes en el acto, al igual que el hermano del homenajeado, Joan Alomar.
De esta manera, la FBIB quiere agradecer públicamente a Guillem Alomar sus años de dedicación y entrega al baloncesto de las islas, en un acto emotivo y en el que el protagonista agradeció a Estarellas y todo su equipo la distinción otorgada por la entidad.