La selección española de fútbol sala inicia hoy (15:00 horas) su andadura en el Mundial que acoge Tailandia hasta el próximo 18 de noviembre, y lo hará ante un rival de nivel como es Irán, un equipo acostumbrado a crear problemas a los hombres de Venancio López, entre los que figura el mallorquín Miguelín, que hará historia al tomar parte en el Campeonato del Mundo, meses después de proclamarse campeón de Europa de selecciones.
España es una de las grandes favoritas al título, que sería el tercero de su historia, y presentará la fortaleza de su candidatura ante un combinado que espera en esta cita dar un nuevo salto de calidad y codearse con las potencias europeas y sudamericanas.
La hexacampeona de Europa tendrá que lidiar con el siempre complicado partido de estreno, momento de quitarse los nervios y tener la primera toma de contacto con el escenario, pero en su recuerdo está lo sucedido hace cuatro años. Entonces, en Brasil, españoles e iraníes también se midieron en el primer partido, y los asiáticos asombraban al término de los primeros 20 minutos con un demoledor y sorprendente 0-3. Los por entonces actuales campeones reaccionaron y lograron igualar la contienda, salvando con un empate su estreno. Posteriormente, la final fue el premio para el combinado nacional, mientras que Irán no alcanzó las ‘semis' por un gol.
Dos años después, ambos equipos se volvieron encontrar en el Grand Prix, y nuevamente los iraníes tuvieron el partido controlado (1-3), pero volvieron a ser víctimas de la calidad de los de Venancio López, que se hicieron con la victoria. Estadísticamente, la campeona continental no cae ante su rival desde el Mundial de 1992 (4-2).
Para el estreno, el seleccionador contará con todo sus hombres disponibles, a excepción de Fernandao, cuyo retorno está previsto ante Marruecos. España sabe que no puede fallar para garantizarse el primer puesto y allanar su camino hacia la final y hacia un nuevo título.