No ha sido un año fácil para Vicenç Reynés y la Vuelta a España le concede a partir del sábado la oportunidad de resarcirse. Una lesión le apartó del Tour de Francia, pero ahora llega en un buen momento a la que será su quinta presencia en la ronda española. Reynés será el único mallorquín en la serpiente multicolor y tiene una misión: trabajar para Frank Vandenbroucke. No obstante, el trabajo a la sombra de su jefe de filas en el Lotto Belisol no le descarta ni mucho menos de pelear por una porción de gloria.
El deianenc, que acumula en sus piernas cuatro participaciones en la Vuelta y tres en el Giro de Italia, quiere volver a saborear un triunfo y desde la salida de la prueba en Arrate quiere dejar constancia de la ilusión con las que encara los 3.300 kilómetros que deberá cubrir el pelotón hasta el 9 de septiembre.
El corredor del Lotto, que ha acumulado más de dos semanas de concentración en el Teide y que ha seguido a rajatabla la preparación que le dictaba desde la Isla su entrenador Tomeu Caldentey, tiene en la cabeza el mapa de la ronda y ya ha marcado en rojo el territorio propicio para dar brillo a su palmarés.
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«Mis oportunidades pasan por las etapas que tienen un puertecito antes de la meta y que no superarán todos los esprinters. Tengo que jugar mis bazas en este tipo de finales algo más duros para los grandes especialistas», analiza Reynés, que también argumenta que «me considero un ciclista de clásicas y más explosivo y tengo que jugar mis bazas.
Todas las miradas están puestas en Alberto Contador, que regresa a la competición tras cumplir el período de sanción por su positivo por clembuterol en el Tour de Francia de 2010. Reynés le sitúa junto a Chris Froome (Sky) como el gran candidato al maillot rojo, pero también advierte que el triunfo del ciclista de Pinto no será precisamente sencillo. «Hay una contrarreloj de 40 kilómetros en la que se pueden marcar diferencias entre ellos y también por detrás hay un grupo de ocho o nueve corredores como Cobo, Valverde, Gesink, Purito Rodríguez o mi compañero Vandenbroucke que lucharán por el podio y darán guerra», comenta.
Vicenç Reynés, que tomó parte de la Clásica de San Sebastián en la antesala de su participación en la Vuelta, admite que será una sensación extraña ser el único ciclista mallorquina en la carrera y espera poder trasladar al asfalto las ganas con las que ha viajado a unas tierras vascas en las que también disfrutará del excepcional ambiente con el que los aficionados de Euskadi impregnan cada carrera.
La Vuelta, que presenta un recorrido incluso más duro que el del año pasado según analiza el propio ciclista mallorquín, se disputará desde el sábado 18 de agosto al domingo 9 de septiembre y contará con 21 etapas (3.300 kilómetros). La cita presenta seis etapas llanas, trece etapas de media y alta montaña, una de contrarreloj por equipos (16 kilómetros) y otra individual (40 kilómetros). Así las cosas la Vuelta, que volverá a ascender el Angliru, tendrá seis llegadas en alto y en total pasará por 37 puertos de montaña.