Ayer, a los 91 años de edad, falleció en Sant Joan una leyenda del ciclismo español: Miguel Gual. Un auténtico mito y una de las referencias de una época, en que no sólo era difícil dedicarse al deporte de la bicicleta, sino que era difícil hasta vivir. En realidad la cosa no podía empezar peor para Miguel Gual, uno de los grandes ciclistas que daría Mallorca en el pasado Siglo, ya que tres meses antes de nacer él murió su padre. Es por lo tanto hijo póstumo de Gabriel Gual Font. Su madre, Rosa Bauzá Florit volvió a casarse con Juan Company Sorell, que también era viudo. Ambos cónyuges aportaron dos hijos cada uno al nuevo matrimonio: José y Miguel, ella, y Juan y María, él. Además tuvieron otros cinco hijos: Arnaldo, Antonio, Miguel, Francisco y Gabriel. Este último, grandísimo corredor también y uno de los protagonistas de este libro con el nombre de Gabriel Company.
Muchas bocas que alimentar en una época en que escaseaba el pan. Cuando nació Miguel Gual Bauzá, en 1919, el mundo acaba de soportar una guerra y en España el Consejo de Ministros suprime el Estado de Guerra en Barcelona y el Partido Maurista, del mallorquín Antonio Maura, vence en las elecciones generales. En Mallorca en mayo hubo una manifestación en Palma para pedir el restablecimiento de la línea ferroviaria Palma-Santanyí y en noviembre una comisión de comerciantes visita al Gobernador Civil para exponerle el daño que produce al comercio de Palma que en los pueblos no se cumpla el descanso dominical. En aquél ambiente fue creciendo Miguel Gual, que tuvo en la bicicleta el medio para escapar del hambre y la necesidad.
La bicicleta era un lujo, sí, pero de primera necesidad. Miguel Gual había estado alguna vez en Palma porque iba en carro con su padrastro a vender paja y melones. Luego estalló la Guerra Civil y fue movilizado. Tenía 17 años. Eso sí: se salvó de ir al frente. Después del conflicto bélico le compraron una bicicleta que costó la friolera de 150 pesetas y soñó con parecerse, o superar, a Guillermo Timoner, que empezó muy joven y Andrés Canals, de Santa María, que eran los que mas destacaban en un 1944 en que el Mallorca había ascendido a Segunda y eclipsaba cualquier otro acontecimiento deportivo en la isla. Pero Miguel Gual se reservaba sus primeros días de gloria: en 1945 fue a la Vuelta a España con Bernardo Capó y un ciclista de Andratx llamado Gabriel Palmer Bonet, ganó tres etapas, quince mil pesetas limpias y se hizo profesional. Quince mil pesetas en 1945 era una fortuna. No las ganaba ni José Manuel Pardo Suárez, que había llegado a Palma como nuevo Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento.
En 1957 colgó la bicicleta después de ser el ciclista mallorquín que más etapas de la Vuelta a España ha ganado (7), participó en la Vuelta a Suiza, el Tour de Francia, el Giro de Italia, la Vuelta de Marruecos y una vez retirado como director estuvo en la Vuelta a Colombia. Sus ídolos fueron los italianos Bartali y Coppi, y el español Fermín Trueba. Él fue el ídolo de varias generaciones de ciclistas. Esto se verá en el funeral que se le oficiará el lunes a las 19 horas en la Iglesia Parroquial de Sant Joan. Será el adiós a un mito del ciclismo mallorquín, español e internacional.