Tras dos años sin pisan la cima, sin disfrutar de las sensaciones que deja alcanzar el techo de Mallorca sobre una bicicleta, el pelotón de la Trencagarrons regresó de nuevo al Puig Major. Un desnivel que conserva la magia y el encanto de una subida que en contadas ocasiones puede realizarse.
La Trencagarrons, organizada por Sport Marketing, con el apoyo del Ajuntament d'Alcúdia, devolvió la ilusión al gran grupo, cuyos integrantes más osados no dudaron en regresar a esos 6'9 kilómetros cuyo magnetismo les llevó de nuevo a combinar felicidad y sufrimiento.
Pese a que la previsión meteorológica sembraba dudas, sólo un chubasco a pocos kilómetros de la salida de Alcúdia pasó factura a un pelotón de cerca de 240 unidades que emprendió rumbo a Lluc. Los 128 kilómetros, y la ascensión al Puig Major, requerían dosificar y recargas las energías con cabeza. Y la parada en el Gorg Blau sirvió para activar el organismo de cara al momento que todos esperaban.
La ascensión al punto más elevado de Balears no defraudó. A medida que las rampas se fueron empinando, el otrora pelotón se convirtió en un rosario de ciclistas, camuflados en las nubes que cubrían la cima. José Mouzo fue el más rápido en pisarla (26:15, a 16'23 km/h), por delante de Aitor Aspiazu (27:22) y Juan Santandreu (27:23). Steffen Grüneberg (35:44), Rosalind Damer (39:56), María Magdalena Fiol (44:12) y Mercedes Echegaray (44:58) reinaron entre las féminas hasta completar un listado de casi 200 héroes. Culminada la escalada, de nuevo regreso a Alcúdia, donde los más destacados recibieronun justo tributo. Junto a los más rápidos, Jaume Bonnín (1994) y Werner Platzhoff (1941) fueron distinguidos como el más joven y mayor de la prueba; el matrimonio Lindberg como el llegado desde más lejos y el Wheels & Wheels como el grupo más numeroso. Ahora, la cima espera en un décimo aniversario que promete emociones más fuertes.