Las cunetas de la Serra volvieron a sentir de cerca el rugir de los vehículos que dieron forma a la gran clásica del Campeonato de Balears de Montaña. La 31ª entrega de la Pujada al Puig Major citó a numerosos aficionados sobre el habitual trazado de 4'4 kilómetros y contó con una inscripción ligeramente inferior a ediciones pretéritas, aunque dejó claro que seguidores y pilotos tienen ganas de competición, y que el automovilismo isleño ya remonta el vuelo.
Y la mejor muestra fue la estimulante presencia de su referente en la especialidad. La Pujada, organizada por la Escudería Serra de Tramuntana, vio volar a Pedro Roca, que a los mandos del Silver Car S2 con el que va camino de ganar su cuarto título nacional de CM, dominó de principio a fin la prueba, y se permitió el lujo de pulveriza el récord de la Pujada en la manga de carrera. El piloto de Búger permitió al público disfrutar de su pilotaje en primera persona, y su crono de 2:14.526 (a 117'74 km/h) rebajó la anterior plusmarca (2:14.8), además de inscribir su nombre en el libro de honor de la prueba de cabecera de la montaña isleña.
Roca abrió una brecha enorme respecto a Andrés Barceló, segundo en la general absoluta y en CM (2:26.471), mientras que Mario Hekke (Bango), con 2:28.472, completó el podio en la categoría.
La igualdad fue más palpable en el resto de grupos, aunque otro de los que dejó claras sus intenciones fue Raúl Borreguero, tercero en la general (2:27.870) y vencedor en A2, con casi diez segundos de renta sobre Raúl Palenzuela.
Dominio
José Martorell, a los mandos de su Citroen Saxo, atrapó la victoria en el grupo A (2:33.533), con Julián Gómez y Antonio García pisándole los talones. El grupo H vio brillar a Tacho, cuyo Porsche 911 RSR (2:38.261) marcó la pauta a poco más de cien kilómetros a la hora de media. Antonio Dezcallar y Miguel Barceló fueron la alternativa sobre el asfalto de la carretera general de la Serra. Juan A. Amengual logró imponerse en el grupo R (2:41.279) haciendo valer el registro de la primera ascensión. Toni Ordinas y Àlex Oliver dejaron también muestras de su buen pilotaje.
En lo que al grupo N se refiere, Jaime Riera sacó el máximo partido a su Renault Clío Williams (2:41.536) en la subida, superando a Arnau Bisquerra y Jaime Sampol.
La regularidad también gozó de protagonismo en la Pujada al Puig Major, una prueba que sueña con regresar al calendario nacional. Juan Fullana y David Giusti (23'80) lideraron la clasificación, con Juan Lladó y Joan Verger (24'50) siguiéndoles de cerca. Tolo Martorell y Francisco Bennàssar acabaron en tercera posición en el II Rallysprint Regularidad Puig Major.