Los clásicos de las cuatro ruedas se adueñaron del asfalto de Mallorca. Cerca de medio centenar de vehículos dieron forma a la I Tramontana Blanca, prueba organizada por el Club Nacional Seat 1430, 124 y 124 Sport y Clàssics de Mallorca, y que tuvo la Serra de Tramuntana como centro de operaciones. Un recorrido total de 250 kilómetros, con 150 reservados a tramos de regularidad, pusieron a prueba a los participantes. Las reglas de la competición fijaban que el recorrido debía ser cubierto en los tiempos determinados por el carné de ruta y con una media inferior a los 50 kilómetros por hora, con intervalos de un minuto por equipo.
El que menor número de puntos acumulaba era el ganador en las diferentes categorías, sumando los tramos de regularidad y los controles horarios y de paso.
Precisión
Esta prueba pretende ofrecer una salida competitiva a los vehículos clásicos, que ofrecen un espectáculo deportivo y visual de alto voltaje. La prueba, que contó con el patrocinio de Soft Line, mostró un libro de ruta dividido en doce fases. Andratx, Estellencs, Banyalbufar, Esporles, el Coll de Sóller, el Puig Major, Sa Calobra, Caimari, Orient, Bunyola y Calvià fueron los epicentro de la actividad de la gran caravana automovilista.
El mejor en la clasificación de scratch acabó siendo José Abellán (MG A), con un puntuación de 28,6, además de gobernar en el Grupo E. Antonio y Miquel Verger (Fiat 124 Abarth Rally), acabaron segundos en la general absoluta, y primeros en el Grupo G (30,4). Juan Antonio Sansó y Juanjo Muñoz (BMW), con 35,3, acabaron terceros en la general y primeros en el Grupo H. Por su parte, Gaspar Homar y José Miguel Maimó (Porsche 356) dominaron en el Grupo F dentro de una inscripción de nivel elevado, con habituales de las competiciones de asfalto y montaña como Nadal Galiana.
La excelente climatología que dejó el sábado se convirtió en especial aliada de la caravana, que entrada la tarde puso fin a una intensa jornada en la que quedó confirmado que los clásicos del automovilismo han encontrado en Mallorca un escenario ideal para el desarrollo de unas pruebas que, con el paso del tiempo, se van asentando en los calendarios internacionales e incluso los de la FIA.