Pedro Cifre (Pollença, 1947) cumple este miércoles 77 años. El que fuera jugador del Patronato, Estudiantes, Sant Josep de Badalona, Yanko, Constància, Kollflex o Alcudia es historia viva del baloncesto balear. Por su trayectoria, y por ser el primer internacional absoluto de todos los tiempos (temporada 66-67), quedándose a las puertas de ser olímpicos en los Juegos de México 1968.
Pero tras colgar las botas, Cifre siguió vinculado al baloncesto, aunque desde el banquillo. Y pizarra en mano, fue protagonista de un hito para este deporte a nivel español. Lo hizo hace 50 años, un 6 de abril de 1974, y en el legendario pabellón Ausiàs March de Badalona, el templo del Joventut y una de las sedes del Campeonato del Mundo Escolar de baloncesto, que aquel año acogieron Barcelona, Mataró, Granollers y Badalona.
Cifre era el entrenador del equipo del Col·legi Badalonès, que superó en la gran final al Instituto de Zagreb yugoslavo -hoy croata- por 76-61, en un equipo que no pudo contar finalmente con el carismático Josep Maria Margall, pero sí con otros clásicos como Jordi Cairó, Manel Bosch o Rodolfo Fernández, padre del doble campeón del mundo y triple medallista olímpico, Rudy Fernández.
Aquel Col·legi Badalonès fue campeón de Catalunya y de España escolar, contando con Pedro Cifre -que ejercía como profesor de educación física- como entrenador, y en algunos tramos, con otro ilustre miembro en su cuerpo técnico: Moncho Monsalve. Ese centro escolar sigue vinculado hoy en día a la cantera inagotable del Joventut.