Alberto Corbacho ha vuelto. Meses después de anunciar su retirada del baloncesto en activo, el alero internacional mallorquín no ha podido resistir la tentación y, en su nueva etapa personal en Galicia, ha encontrado una motivación para volver a las pistas. Y lo hace en un modesto club que milita en la Liga EBA y en el que coincide con otro ex ACB, Mario Cabanas, quien en su día también jugó en LEB Oro con el Bahía San Agustín. La permanencia en la categoría es el desafío del pequeño de la saga Corbacho, de 37 años, que ha dado un nuevo aire al grupo que dirige Luis Fraga y ocupa la undécima posición del Grupo A-B de EBA, con un balance de 9 victorias y 13 derrotas, moviéndose en el límite que marca la salvación.
Corbacho (Palma, 1984), cuyo último equipo fue el Hestia Menorca de la LEB Plata, tiene años de dilatada experiencia en ACB (Obradoiro, Baskonia, Gipuzkoa...), siendo uno de los mejores triplistas y tiradores de larga distancia nacional. Pero el pasado noviembre sorprendía a todos con una carta abierta en las redes sociales en la que anunciaba su adiós al deporte de la canasta, en su faceta como jugador, estando abierto a seguir vinculado en otras facetas.
Ahora, el reto del Traumacor, el equipo de la localidad coruñesa de Culleredo, le ha devuelto la ilusión y las ganas de seguir compartiendo horas con su «querida pelotita», como se refería al balón de baloncesto en el escrito que publicó para anunciar su retirada... No definitiva, pues lo que resta de temporada en la Liga EBA -se ha comprometido por ese espacio de tiempo con el Culleredo- formará parte de la historia deportiva de Alberto Corbacho, uno de los jugadores más talentosos y carismáticos que ha dado el baloncesto balear a lo largo de los últimos lustros.