El baloncesto mallorquín llora la pérdida de uno de los jugadores que sentó las bases de uno de los proyectos más recordados de las últimas décadas. Rafel Àngel Jaume fallecía el pasado jueves a los 57 años en Palma, dejando tras de sí un enorme rastro a nivel humano y deportivo entre quienes compartieron con él pista, vestuario y pasión por el deporte de la canasta.
Miembro de una saga muy ligada al baloncesto, heredó de su padre -ex jugador y entrenador del Patronato- una afición que compartía con sus hermanos, Tomeu y Raimond. Su trayectoria comenzó a forjarse en el cadete del San Agustín, en 1977, para un año después pasar junto a su hermano Tomeu al juvenil del Patronato, club en el que desarrolló el grueso de su trayectoria, logrando títulos de campeones de Balears (78/79 y 79-80) y disputando fases sector de los Campeonatos de España.
En su vida deportiva, tanto como jugador como en su faceta de entrenador, destacó la influencia de técnicos como Joan Alemany, creciendo de manera paralela a un Patronato con el que alcanzó otros hitos como el título de Tercera División (1986), en un equipo en el que ya despuntaba uno de los mejores jugadores isleños de finales de los 80 y principios de los 90, el también desaparecido y recordado Toni Servera. «Era un jugador que lo daba todo en la pista y de los que hacía equipo», refiere Alemany sobre Rafel Jaume, que jugaba en las posiciones de escolta o alero.
Desde ese punto, el Patronato fue creciendo hasta ser un habitual en la pelea por el ascenso a la ACB, un objetivo que nunca se alcanzó y que acabó hipotecando el futuro y la viabilidad de la entidad palmesana (desaparecida en 1993), referente del baloncesto en Ciutat décadas atrás, y de cuya historia era parte Rafel Jaume, quien también ejerció como seleccionador balear juvenil.
El funeral en recuerdo de Rafel Jaume tendrá lugar este lunes, a las 20 horas, en la Parroquia de Nostra Senyora del Carme del Coll den Rebassa.