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Veinte años no son nada

Pau Gasol atiende a un grupo de aficionados durante su etapa en los Milwaukee Bucks. | Efe

| Barcelona |

La vuelta de Pau Gasol al FC Barcelona, el club donde se formó y dio sus primeros pasos en la élite, permitirá al mejor jugador español de la historia una despedida con cierto aroma romántico, la última etapa de una carrera de dos décadas plagadas de éxito y en la que aspira a la guinda en Tokyo 2020.

Fue hace exactamente 20 años, en la Copa del Rey de Málaga, cuando Gasol explotó en la élite, dominando el torneo con una insultante superioridad pese a su juventud y dejando entrever un enorme talento que posteriormente le llevaría a conquistar todos los logros que se propuso.

Poco después firmó el doblete nacional con la Liga ACB y pese a no conquistar la Euroliga, ese título al que ahora vuelve a aspirar para redondear un palmarés legendario, decidió hacer la maletas rumbo a la NBA tras ser elegido por Atlanta Hawks en la tercera posición del 'draft'. Su puesto debería haber sido el primero, como confirmó posteriormente su premio a 'rookie' del año, y fue Memphis Grizzlies quien vio recompensada su apuesta.

Al mismo tiempo que crecía en la liga estadounidense hasta convertirse en una estrella mundial, iba cogiendo galones en la selección española, donde junto a su gran amigo Juan Carlos Navarro lideró un equipo de época, como bien ilustran todos los trofeos que ganaron juntos.

Gasol es el sexto jugador que más veces ha vestido la camiseta del equipo nacional (208), una cuenta que aún espera aumentar en Tokio, y durante este periplo se ha colgado un total de once medallas entre las que destacan cuatro de oro -una mundial y tres europeas- y tres olímpicas en Pekín, Londres y Río de Janeiro.

Su carrera en la NBA no le fue a la zaga y, cansado de varios años brillantes en lo individual en los Grizzlies, pero decepcionantes en lo colectivo, en 2008 llegó el traspaso que cambió su carrera al vestirle de púrpura y oro, los colores de una de las grandes franquicias históricas, Los Angeles Lakers.

Al lado de Kobe Bryant, en 2009 se convirtió en el primer español en ganar el anillo de la NBA y al año siguiente repitió éxito. Su amistad con la 'Mamba Negra', fallecido el año pasado en un accidente de helicóptero, fue tan grande que recientemente llamó a su hija Elisabet Gianna en recuerdo de la hija de Bryant, quien también perdió la vida aquel día.

En 2015, ya en las filas de Chicago Bulls, protagonizó el recordado salto inicial del 'All Star' con su hermano Marc y ambos ganaron poco después el Premio Príncipe de Asturias por sus trayectorias deportivas pero también humanas, ya que son los impulsores de la Gasol Foundation, cuya misión principal es luchar contra la obesidad infantil.

Tras jugar para San Antonio Spurs y Milwaukee Bucks, y firmar con Portland Trail Blazers sin llegar a debutar, Gasol lleva dos años en el dique seco por culpa de una lesión en un pie, aunque antes tuvo tiempo para superar los 20.000 puntos en la NBA y erigirse en el segundo máximo anotador europeo solo por detrás del alemán Dirk Nowitzki.

A sus 40 años, el pívot ha peleado contra su propio cuerpo para disponer de este epílogo tan emotivo en el club de su vida, donde trabaja desde hace tiempo como embajador, pero a buen seguro que su carácter competitivo le hará pelear por ser un jugador importante bajo el mando de su excompañero Sarunas Jasikevicius. En el horizonte, la posibilidad de los últimos Juegos con la selección, con la que no juega desde 2017, pero en la que Sergio Scariolo nunca ha ocultado que le recibiría más con los brazos abiertos.

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