De sus manos han salido muchos de los puntos que han llevado al Palmer Alma Mediterránea Palma a ser uno de los equipos más en forma de la LEB Oro. Fue de los últimos en aterrizar, pero su adaptación al baloncesto español ha sido «rápida», algo a lo que ha ayudado «la calidad humana del vestuario. Somos amigos y eso se traslada a la pista», refiere Ronnie Harrell Jr. (Denver, 1996). El alero estadounidense lidera junto a Kullamae el ránking de anotadores de la competición, promediando más de 16 puntos. Pero también aporta en defensa, recuperando casi dos balones por partido y sumando dentro de equipo «que va cada vez a más, no tiene límites. Pero con las ideas claras. Día a día, partido a partido. Ahora, toca Granada. Después, ya hablaremos...», explica Harrell, que ha encontrado en Mallorca la estabilidad dentro de su periplo europeo y en la Platja de Palma la tranquilidad que le permite concentrarse «para dar el máximo en cada entrenamiento. El trabajo de los técnicos y de los compañeros es espectacular. La actitud es excelente. Y eso hace que tenga más ganas todavía de demostrar lo que puedo ofrecer al equipo», añade uno de los jugadores con mejor reputación en la LEB Oro y un indiscutible en los planes de Álex Pérez y Pau Tomàs.
Pero también tiene palabras de elogio para Pepe Laso, «que me ha ayudado a crecer en diferentes facetas. A mí, y al resto de mis compañeros. Se nota su experiencia», afirma en referencia al veterano preparador, de quien recalca que «te hace sentirte importante y te da confianza con sus palabras».
El buen ambiente en el vestuario es «clave» para Harrell a la hora de entender el rendimiento del Palmer Palma (9-6), dejando claro que el objetivo es «meterse en la fase de ascenso y así no sufrir por la salvación», y desde ahí, «seguro que el equipo jugará más suelto». Un rasgo que define a los inquilinos de Son Moix, que son «incómodos» para sus rivales. «Nos sentimos competitivos ante cualquier equipo, nos hemos ganado el respeto de los rivales y sabemos todos que, si jugamos como sabemos, somos difíciles de batir. Estamos unidos y eso se nota», asegura convencido Harrell, quien destaca «el nivel» de la LEB Oro y del baloncesto español, con el sueño algún día, «a base de trabajo, de jugar en la ACB. Pero ahora, mi ambición se focaliza en el Palmer Palma y en ganar al Granada», prosigue.
Harrell aprovecha su estancia en la Isla para aprender español, además de «darlo todo en cada entrenamiento, en cada partido». Esa mezcla entre ambición e ilusión dan forma a un compromiso que invita a soñar.
Los números de Harrell así lo reflejan, promediando 16'4 puntos, 4'9 rebotes, 1'3 asistencias y 1'7 recuperaciones en los 14 partidos que ha disputado con el Palmer Palma.