Un inoportuno resbalón de Ronnie Harrell en la acción que puedo cerrar el choque no hizo justicia a las prestaciones (22 puntos, 11 rebotes, 1 asistencia y 2 tapones) del alero estadounidense en su debut con la camiseta del Palmer Alma Mediterránea Palma. Ni al esfuerzo de un equipo que peleó por una victoria que se escapó en su puesta de largo oficial en Son Moix. El Bàsquet Girona sacó partido de los errores del cuadro de Ciutat en los momentos claves del duelo para llevarse el triunfo (78-81) del Palau y frustrar las esperanzas del grupo de Pau Tomàs y Álex Pérez, que deberá esperar para estrenar su casillero de triunfos (0-2).
De inicio, el Girona se abrigó en un infalible Sabat para cerrar el primer parcial por delante (20-24). Seis triples suyos frenaban los intentos del Palmer Palma, en el que Harrell mostraba sus buenas maneras, aunque la falta de rodaje y de sensaciones lastraban a los isleños, en cuyas filas marcaban las diferencias los hombres con más kilómetros en la LEB Oro para detener la hemorragia (24-31).
Jawara, Díaz y Kullamae tiraban del carro para sostener a los palmesanos en un partido que en esa fase se convirtió en un intercambio de golpes y de dinámicas. Eso sí, hasta bien entrado el segundo parcial no pudo ponerse por delante el Palmer Alma Mediterránea Palma, tras un triple providencial de McDonnell (36-35, min. 18).
Vivía sus mejores minutos el cuadro local rumbo al ecuador del duelo, teniendo la opción de ampliar la brecha a su favor. Pero del 40-37, en cuestión de segundos, se pasó al 41-42 con el que se llegó al descanso.
Le costaba al Palmer Palma meterse en el partido, yendo a remolque durante un tercer parcial en el que las cosas se le complicaron fruto de sus errores (51-57). Jacobo Díaz y Jawara tiraron de galones para alcanzar el último parcial con opciones (59-64, min. 30).
Un ilusionante arranque (71-70) alimentó el sueño, pero cuando más quemaba el balón, el Palmer Palma topó de nuevo con Sabat y no contó con un patinazo de Harrell en la acción decisiva, con 78-79 y a tres segundos para el final. Y el Girona no desaprovechó ese regalo.