La derrota ante el Cáceres llega en un momento delicado. Asoman las Ventanas FIBA, en las que estarán inmersos los suecos Johan Löfberg y Alexander Lindqvist, y con ellas un parón que en nada ayuda a un B the travel brand Mallorca Palma que tendrá margen para resetear, reflexionar, cargar pilas y reconstruirse. Bien desde la misma base o puede que con alguna que otra novedad.
La división interna en el seno del club, pero especialmente los ajustes estructurales y económicos a los que ha tenido que familiarizarse tras la derrota en Valladolid podrían afectar a la plantilla, tal y como informaba Ultima Hora días atrás. Se planteaba cortar a dos jugadores, pero no era la intención por parte del área deportiva, que defiende hasta las últimas consecuencias a un plantel señalado tras el revés de ayer frente al Cáceres.
El rendimiento de algunos jugadores, por unas circunstancias u otras, está muy por debajo de las expectativas generadas en verano y hablar de ascenso o de ACB resulta utópico a estas alturas, cuando la clasificación para el playoff se ha convertido, más que en una obligación, en un objetivo vital para la plantilla y los técnicos del BTTB. Los mismos que ayer tuvieron que escuchar, aunque tímidas, a las primeras voces críticas desde la grada, desilusionada tras presenciar la quinta derrota del curso en Son Moix, dos semanas después de la encajada ante un Alicante y que supuso un punto de inflexión en los albores de la visita al líder Valladolid.
El potencial del vestuario del BTTB dista de su situación clasificatoria actual. Quintos, con un balance de 14-8 y con la novena plaza (en propiedad del Cáceres, precisamente) a apenas dos victorias, el horizonte más innediato obliga a alterar el rostro de un equipo que echa en falta músculo en la pintura y cuyo entrenador, Félix Alonso, ha visto debilitada su figura de cara a la hinchada. No en vano, el técnico leonés fue también objeto de esos breves y poco sonoros, pero simbólicos pitos.
La Comisión Ejecutiva, con Gabriel Subías al frente, siempre ha mostrado su apoyo incondicional hacia Alonso, artífice de una doble gesta desde su llegada a la Isla. Primero una salvación, y más adelante el hito de quedarse a menos de un minuto de la ACB en Miribilla. Incluso semanas atrás, cuando la dinámica era muy positiva, en algunos círculos se deslizaba la posibilidad de renovar su contrato.
En el vestuario se ha cerrado filas y se ha focalizado todo en la pista, más allá de la enrarecida atmósfera que rodea al equipo, al club y al proyecto. La crisis deportiva y la institucional se han dado la mano en unas semanas duras para el BTTB Mallorca Palma, que con el lastre de tres derrotas consecutivas (Alicante, Valladolid y Cáceres) vivirá un largo parón que será la antesala de un retorno a la competición exigente.
Con doce partidos por delante para acabar la temporada regular, la próxima cita del B the travel brand será en Granada (sábado 19). Ocho días después, Son Moix puede dictar sentencia. Llegará el Gipuzkoa (domingo 8, 12 horas). Todos los partidos son finales, pero el crédito del proyecto se agota a medida que se amontonan las derrotas. Y ya van ocho. Eso sí, hay tiempo para la reacción, pero está en sus manos.