Álex Abrines está de vuelta. El jugador mallorquín, que esta temporada regresará a la Liga Endesa tras tres temporadas en la NBA y unos últimos meses muy duros a nivel personal, inauguró este sábado la segunda edición de su campus en el polideportivo municipal de Muro. El palmesano, que vuelve a lucir la mayor de sus sonrisas, compartió una jornada muy especial junto a los jóvenes solo unas horas antes de volver a ser presentado como jugador del Barça.
Abrines, cuyo regreso al Palau se confirmó el viernes, descorchó un campus que se desarrollará hasta el próximo sábado bajo la dirección técnica de Toni Martorell y en el que, además del programa de tecnificación, se llevarán a cabo múltiples actividades y competiciones multideporte. El internacional español fue el gran protagonista del encuentro, en el que compartió pista, canasta y balón con todos los participantes.
El último año de Abrines no había sido fácil. Sin embargo, el tramo más duro de su exitosa carrera ha ido cicatrizando con el paso de los meses y quedó definitivamente atrás al confirmarse su vuelta al Barcelona para formar parte de un ambicioso proyecto con el que el conjunto azulgrana pretende volver a conquistar Europa.
A sus 25 años, Abrines regresa al Barça después de jugar tres años en la mejor liga del planeta, la NBA, defendiendo la camiseta de los Oklahoma City Thunder. Finalizado ese ciclo norteamericano, la que está a punto de iniciar será su segunda etapa en el Barça. La anterior se prolongó durante cuatro temporadas (2012-16). Llegó procedente del Unicaja de Málaga y estuvo a las órdenes de Xavi Pascual. Jugó un total de 255 partidos en todas las competiciones y ganó tres títulos: Copa del Rey (2013), Liga ACB (2014) y Supercopa (2015). Además, fue elegido como el mejor jugador joven de la Euroliga del curso 2015-16 cuando tenía solo 22 años.
En verano de 2016, el mallorquín emprendió el camino hacia un sueño. Allí, con los Thunder, jugó 174 partidos en las tres campañas que permaneció en el equipo de Oklahoma, con unas medias de 5,3 puntos y 16 minutos por partido. Al costado de grandes estrellas como Russell Westbrook o Paul George, Abrines promedió un 37% de acierto en triples, su especialidad en el juego. En las dos primeras temporadas en la liga, el balear actuó de escolta, pero en el último curso jugó muchos minutos como alero. Su etapa en Oklahoma se truncó en una decisión explicada después. De hecho, publicó hace unos días un vídeo en el que desvelaba lo ocurrido. «Baloncesto, llegué a odiarte. He vivido una pesadilla, te evitaba cada vez que podía», aseguraba en él. Ahora se le abre un nuevo horizonte.