El incombustible Pau Giménez tenía una última misión en el mundo del baloncesto. A sus 49 años, el eterno ala-pívot (Patronato, Melilla, Inca, Ourense, Muro, Imprenta Bahía, Bàsquet Mallorca…) sigue impartiendo magisterio y sumando minutos en pista con el Bar Way Bàsquet Pla de la Liga Balear. Y lo hace compartiendo vestuario, entrenamientos y pista con un alero de 22 años al que conoce a la perfección… Su hijo, Andreu.
Ya coincidieron como rivales, hasta en tres ocasiones; con Pau en el Molinar y el Pla, mientras Andreu jugaba en Sant Josep. Pero ahora, padre e hijo unen sus destinos con un mismo objetivo: pelear por el título y el ascenso a EBA.
Pau trata a su primogénito, Andreu, «igual que a un compañero más» y confiesa que, coincidir con su hijo, «era algo que quería y al final lo he conseguido, aunque no me queda mucha cuerda (risas)», comenta en tono de broma. Para Andreu, «es alucinante» compartir entrenos y partidos con su padre, «aunque para mí, es uno más, es algo normal porque llevamos toda la vida jugando de una forma u otra».