El escolta mallorquín Rudy Fernández sólo ha jugado dos partidos con su nuevo equipo de los Nuggets de Denver, pero ya vive su mejor momento desde que llegó hace tres temporadas a la NBA porque disfruta con el juego además se siente apreciado.
Todo eso lo ha conseguido en apenas dos semanas, el entrenador George Karl, el profesional que estuvo en el banquillo del Real Madrid y que conoce mejor que nadie a los jugadores europeos y españoles. De ahí, que ante los Jazz de Utah, Karl volviese a darle a Rudy 30 minutos para que fuese integrando su clase y adaptación al equipo mientras acumulaba confianza y también hacía mejor las cosas en el campo.
Mejoría
Fernández ya no tiró a canasta todos los balones que le llegaron a las manos como hizo en el partido del debut frente a los Mavericks de Dallas, el equipo que lo descartó por quedarse con el veterano Vince Carter, sino que lo movió muy bien, lo paso mejor y anotó los triples que el equipo necesitaba de él.
El jugador mallorquín concluyó el partido feliz y con una aportación de 11 puntos, producto de siete tiros de campo y cuatro canastas, incluidas tres desde fuera del perímetro, de los cinco intentos que completó durante la cita.
Pero además, Fernández demostró que sabe muy bien mover el balón y dirigir el juego cuando se lo permiten y sus ocho asistencias no dejaron ninguna duda de esa cualidad, aunque le quedó la asignatura pendiente de protegerlo mejor porque lo perdió cuatro veces.
Si Rudy Fernández tenía su segunda jornada triunfal con los Nuggets, el pívot Marc Gasol sufría la segunda derrota consecutiva con los Grizzlies de Memphis, a pesar que hizo un buen partido tanto en el apartado individual y de equipo. Los Grizzlies perdieron por 95-98 ante los Thunder de Oklahoma y de su compañero de selección, el pívot Serge Ibaka, que ayudó a que Kevin Durant fuese la estrella del encuentro al anotar 32 puntos.
También estuvo cerca del triunfo José Manuel Calderón, pero al final su equipo de los Raptors de Toronto cayó derrotado por 85-90 ante los Pacers.