Real Madrid 82
Lagun Aro 74
Real Madrid (25+24+17+16): Rudy (13), Suárez (7), Mirotic (12), Llull (8) y Begic (8) -equipo inicial-, Tomic (10), Pocius (8), Reyes (2), Carroll (2), Rodríguez (4) e Ibaka (8).
Lagun Aro GBC (12+27+18+17): Panko (19), Neto (8), Vidal (5), Baron (15) y Betts -equipo inicial-, Papamakarios, Lasa, Doblas, Salgado (11), Adeleke (12) y Lorant (4).
Árbitros: Francisco de la Maza, Lluis Guirao y Calatrava. Sin eliminados.
El Real Madrid ganó por 82-74 al Lagun Aro en un partido sin historia que comenzó a la carrera, de la mano del baloncesto espectáculo ofensivo de los locales, y acabó en una sucesión de canastas sin alma que favorecieron al equipo con más calidad.
El Real Madrid salió a la carrera y en poco más de un minuto consiguió un parcial de 9-0 que aturdió por completo a un Lagun Aro GBC que no pudo reaccionar. La fluidez ofensiva del Real Madrid fue tal que pareció que el equipo easonense estaba hasta cómodo en el papel de víctima.
A los cinco minutos, el 17-6 del marcador obligó a pedir tiempo muerto a Sito Alonso, entrenador de los vascos, que ya había hecho todas las rotaciones posibles y que quería frenar como fuese la que se le venía encima a su equipo.
El final del primer cuarto, 25-12, pareció dejar sentenciado un partido en el que, hasta ese momento, sólo hubo un equipo.
En el comienzo del segundo periodo hubo un cambio radical, con una intencionada a Ibaka y una técnica a Suárez. Entre unas cosas y otras el Real Madrid se descentró y acepto un parcial de 2-17 en los primeros cuatro minutos que dejaron el marcador en un 27-29.
Tardó el equipo de Laso unos minutos en reaccionar y sólo fue en los instantes finales del cuarto cuando pudo, nuevamente, despegarse en el marcador, 49-39 al final de los primeros veinte minutos de juego.
Roto el hechizo con el baloncesto espectáculo que tanto Real Madrid como su afición están buscando, el partido se diluyó en acciones más o menos trabajadas y en un marcador parejo, en el que sólo algunas acciones ofensivas de los locales fueron jaleadas por la grada. El 66-57 del final del tercer periodo dejaba abierta alguna puerta a la sorpresa.
Un parcial de 2-5 en los dos primeros minutos del período de la verdad acrecentó los negros nubarrones. El equipo de San Sebastián había conseguido frenar el ataque madridista, ya no tan efectivo como en los primero minutos, y poco a poco recortaba diferencias, 68-62 (min.34), dejando la victoria al alcance de cualquiera y de una posible jugada de suerte.
Con cinco minutos y medio por delante y 68-65 en el marcador, tocaba volver a la senda de la anotación para no pasar apuros al final. Mirotic lo entendió de inmediato y suyos fueron los siguientes cuatro puntos en un abrir y cerrar de ojos, un minuto después, 72-65.
El partido, sin embargo, ya estaba enredado y nadie consiguió deslíarlo. El Real Madrid ganó porque fue muy superior, sobre todo bajo los aros, y por su mayor calidad, pero fue una gran oportunidad perdida para ver un bonito espectáculo.