Cuatro intentos por dar el salto de la Liga EBA a la LEB Plata pueden verse culminados en una cita histórica para el Platja de Palma y para el baloncesto mallorquín. Los de Maties Cerdà deben dar la vuelta a la eliminatoria decisiva por el ascenso, tras perder de forma ajustada (84-82) en la cancha del Marín Peixegalego. La escuadra de Quino Salvo parte con la ventaja del marcador, pero con el hándicap de visitar una cancha inexpugnable esta temporada. Y es que el primer equipo del Bahía San Agustín no sabe perder como local, ni durante la temporada regular ni en los 'playoffs', y posee la mejor marca anotadora de toda la categoría a escala nacional. Dos argumentos para soñar con la gesta.
Ambiente
El gran día para el proyecto que encabeza Guillem Boscana ha llegado. El Toni Servera aguarda el partido del año (20:30 horas), una cita para que se espera un lleno absoluto, más cuando el importe de la entrada (1 euro) será a beneficio de Iván Pastor, y los primeros en acudir al pabellón de s'Arenal recibirán como obsequio una camiseta conmemorativa del partido y una bocina con la que animar a Cerdà y los suyos durante los cuarenta minutos más decisivos de la larga singladura de la entidad.
El preparador del Platja de Palma contará con toda su plantilla, toda vez que Llorenç Llompart ha superado los problemas físicos que arrastraba durante la semana, y Miki Corbacho podrá disponer de minutos en la rotación.
La ocasión bien vale el esfuerzo. Un triunfo por tres puntos y, en principio, cuarenta apasionantes minutos, separan al Platja de Palma de un hito de altura. Pese a la relevancia del encuentro, Cerdà destaca «la confianza» del vestuario y la «concentración máxima» que han esgrimido a lo largo de estos días. «Si jugamos como sabemos y lo hemos hecho, no se nos puede escapar, pero que nadie dude que tenemos delante a un buen equipo», admitía el técnico balear, quien no esconde «la enorme ilusión del grupo por conseguir el objetivo para que el llevamos mucho tiempo trabajando». Puede que su día haya llegado.