El ascenso directo, primer objetivo de esta temporada del Atlético Baleares, ya es imposible. La diferencia de siete puntos con el Europa a falta de dos jornadas hace que el conjunto blanquiazul se deba jugar el retorno a 1ª RFEF en el playoff. El ATB ha tenido esta temporada dos entrenadores. El club confió a Jaume Mut las riendas del equipo a pesar de que la pasada temporada no pudo evitar el descenso. La planta noble reestructuró la plantilla para adecuarla a la nueva categoría y se nutrió de jugadores mallorquines confiando al ‘producte local’ el ascenso. En este plan, y visto que los planes no estaban saliendo como estaba previsto, el club amplió sus miras y se hizo con los servicios de jugadores como el andorrano Berto Rosas, el senegalés Moha Keita y, sobre todo, el hispano-rumano Florín Andone, un viejo conocido de la afición blanquiazul.
La irregular marcha del equipo hizo que Jaume Mut, muy a su pesar, fuese destituido. El equipo estaba fuera de los puestos de playoff y a seis puestos del ascenso directo (hoy está a siete). Como sustituto, la dirección deportiva ya no confió la titularidad del banquillo a un entrenador mallorquín sino que contrató a Luis Blanco, todo un referente en las categorías inferiores del Espanyol y con incluso experiencia en la más alta categoría del fútbol español. El aterrizaje del entrenador de Santa Coloma de Gramenet no fue fácil y en su primer partido cosechó un empate, el cuarto seguido del equipo.
Nueve jornadas después, el equipo sigue sin perder con una racha de seis victorias y tres empates o, lo que es lo mismo, 21 de 27 puntos, unos guarismos notables que le ha hecho amarrar con relativa comodidad el playoff, pero insuficiente para el ascenso directo. El equipo sólo ha ganado por más de un gol al Alzira y al Badalona Futur, dos equipos descendidos, y en varios encuentros el portero Jagoba Zarraga ha sido el salvador del equipo. En el otro área, Florín Andone ha resultado también clave para lograr los tres puntos en varios partidos. Los dos partidos que quedan, ante Mallorca B e Ibiza servirán para mantener el pulso competitivo del equipo antes de afrontar la primera ronda eliminatoria. El conjunto de Luis Blanco deberá mejorar sus prestaciones en este tramo decisivo del campeonato. Si el equipo no consigue el ascenso se va a considerar un fracaso y otro año en la cuarta categoría del fútbol nacional sería difícil de digerir por la propiedad del club, que lleva diez años invirtiendo una cantidad importante de dinero sin que ese esfuerzo se esté viendo refrendado en el campo.