El Atlètic Baleares se atasca en el peor momento. Cuando divisa de cerca el ático, la cumbre, se despeña por el acantilado. Sucedió hace una semana en casa contra el filial del Sevilla y le volvió a ocurrir lo mismo este domingo en el Johan Cruyff con el Barcelona B como testigo. El grupo de Xavi Calm, ambicioso y certero en el arranque, fue incapaz de mantener el gol de Vinicius Tanque después de un segundo acto deplorable.
La entrada de Estanis en el descanso alteró el destino de un Atlètic Baleares que engancha dos derrotas consecutivas por primera vez en el presente curso y que ha visto cómo le adelantaban por la derecha Villarreal B y Albacete -el nuevo líder- en los últimos ocho días. Andorra y Castellón también aparecen a la vuelta de la esquina. La situación no es la ideal y el ATB llega a las últimas curvas del año con el motor gripado y varios futbolistas atravesando un bache. El jueves llega el paréntesis de la Copa del Rey.
La aventura de medirse a un Getafe que se presentará en el Estadi Balear con los suplentes y pensando en su situación en la Liga. Xavi Calm se toma ese partido como una nueva oportunidad para resarcirse y espantar los fantasmas que comienzan a sobrevolar por la vía de cintura. El premio del campeón es un caramelo demasiado goloso para un ATB que acumula más de medio siglo de frustraciones y desengaños. Pero hay que saber administrar el vértigo a las alturas...