La afición del Atlético Baleares ha recibido a lo grande a su equipo para mostrarle todo su apoyo y ánimo de cara al partido definitivo por el ascenso a Segunda División que se disputa esta tarde en Son Malferit.
Con cánticos, bufandas al viento y alguna bengala, la hinchada ha desafiado al intenso calor de primera hora de la tarde para insuflar energías a unos jugadores que deberán remontar el 2-0 adverso para sellar su regreso a la categoría de plata 56 años después.
El propietario Ingo Volckmann recibió al pie del autocar a los futbolistas, a los que fue chocando la mano uno a uno. Todo está preparado para la fiesta. Son Malferit ya huele a un partido grande. A un duelo con la Segunda División como premio.