Estar de luto es una tradición para honrar durante cierto tiempo -o toda la vida- la pérdida de un ser querido. Pero Bernat Vallori-Mas (Palma, 1947) le ha dado otra dimensión a esa costumbre. Apenas era un adolescente cuando el Atlético Baleares desfiló por última vez por la pasarela de Segunda División. Corría la temporada 1962-63 y la derrota ante el Algeciras en la promoción por la permanencia provocó el descenso del conjunto blanquiazul.
Entonces, Bernat Vallori se hizo a sí mismo una promesa: iría de negro hasta que el Atlètic regresara a Segunda. Pensó que «en un par de temporadas» recuperaría la categoría... pero ya han transcurrido 56 años y Bernat Vallori-Mas, conocido como el hombre de negro, sigue de luto.
«Llevo de luto desde que bajamos a Segunda. Perdímos contra el Algeciras 3-1 allí y aquí ganamos 2-0; o sea que hoy nos hubiéramos mantenido por el valor doble de los goles en campo contrario. Pero entonces se disputó un tercer partido de desempate que se perdió (2-1) por un penalti en contra. Recuerdo que lo escuchaba por la radio. Entonces era muy jovencito y me puse a llorar. Dije que iría de negro hasta que volviera a Segunda, pensando que estaríamos dos o tres años y no cincuenta y pico como llevamos ahora», recuerda este fiel seguidor blanquiazul desde que jugaba en el campo de Son Canals.
Como toda regla, ha habido excepciones. «Un partido fui de blanco y contra el Gernika que fui de verde. Y otra porque no tenía ropa negra. También me perdí algunas temporadas porque estuve en India, en América y en Tenerife», aclara Vallori, que es un libro abierto en lo que se refiere al Atlètic Baleares y que acude asiduamente a la Peña Bar Blanquerna 65.
«Lo sé todo y lo he visto todo. He visto la inauguración del Estadi Balear, cuando le rompieron la pierna a Crespí ante el Birmingham (1960); cuando se inauguró la luz ante el Nàstic. El primer gol que hicimos en Segunda División en esa campaña 1961-62, que lo marcó Joan Morro... Prácticamente lo sé todo. Y como estoy cansado de fracasos, mis brujos me han dicho que el Baleares subirá y el Mallorca no».
A pesar del título de campeón conquistado el pasado domingo y que Vallori presenció desde la grada de Son Malferit, se muestra crítico con el juego de su equipo. «El Baleares no juega a nada, pero algo haremos bien para quedar campeón. Pero lo que se conoce como jogo bonito de ninguna manera».
En el caso de ascender a Segunda, Bernat Vallori dejará el luto. «Cuando jugamos contra el Mirandés en la fase de ascenso me traje una bolsa con una camisa rosa por si acaso. Pero me dio un ataque, creo que fue un golpe de calor, y me salvó la vida un ventilador. Luego lo del Lugo fue una vendida. En esta ocasión hay más unión de la que había antes. Mis brujos me han dicho que esta vez ascenderemos sobre todo si toca el Fuenlabrada. No es lo que siento ni lo que pienso, pero es lo que dicen mis brujos».
Su afición es conocida en Son Malferit: «Me acostumbré a ir de negro y así voy y todo el mundo sabe el porqué. La gente joven quizás no, pero los clásicos sí que lo saben. El Baleares es lo que más quiero además de a mí mismo y a algunas personas. Lo llevo en el corazón y si subimos sería una alegría enorme, casi increíble. Me daría igual estar un año y volver a bajar, pero antes de reunirme con El Creador, me gustaría verlo en Segunda».
Cuando se le pregunta por el mejor Baleares, lo tiene claro. «En Segunda División en los tiempos de Mosquera, que llegó a ser internacional por Perú y era un gran jugador. Yo he visto aquí al Coruña de Amancio, a la Real Sociedad, al Espanyol... Recuerdo aquel equipo como quizás el mejor. Y cuando ascendimos a Segunda ante el Amistad de Zaragoza ganamos allí 1-2 y aquí 6-1. Había un equipazo».
Regresando al presente, Vallori le da «muchísima importancia» a la figura de Manix Mandiola. «El grupo parece que está muy unido y quizás hay más único pero menos individualidades que antes. Jugar al fútbol no jugamos, pero tenemos pólvora arriba. Algo haremos bien cuando hemos terminado líderes».
El día que más público ha visto en el Estadi Balear fue en un partido de Tercera ante el Constància de Inca: «Ese día estaba abarrotado y recuerdo que ganamos 4-2 ante un rival en el que estaba Martí Mora de portero. He visto al Baleares en muchas circunstancias y he sufrido mucho».
Su afición por el Atlètic está por encima de todo. Incluso de su luna de miel. «Estábamos disfrutando después de casarnos, cuando el calendario quiso que el primer partido en Tercera fue Baleares-Mallorca en el Estadio Balear. Dejé la luna de miel durante horas para ver aquel partido en el que ganamos 3-1».
Finalmente elogia a Ingo Volckmann por su apuesta. «Es para agradecerle el esfuerzo económico. Y a Patrick Messow le comenté un día a ver si hacía un homenaje a los aficionados que íbamos a Son Canals... pero no me ha hecho mucho caso. Si yo fuera multimillonario, te aseguro que llevó al Baleares a Primera División...». Entonces, seguro que no vuelve a vestir de negro.