Las obras de reforma del Estadi Balear siguen su curso tras haber superado una primera fase muy complicada como ha sido el derrumbe de la grada situada frente a la tribuna cubierta y gran parte de la tribuna de sombra sin tocar los escalones de fijación.
El proyecto inicial planteado por los técnicos pasaba por dejar dos filas en la tribuna de sol y a partir de ahí construir unas nuevas por encima. Sin embargo, los técnicos descubrieron que esas gradas no tenían suficiente solidez ni eran lo mazizas que se requería para poder construir nuevos escalones. Es más, se encontraron que en el interior prácticamente solo había tierra vegetal y de ahí que se tomara la decisión de derrumbar toda la tribuna de sol.
En este sentido cabe puntualizar que la pirámide de escombros resultantes de estas operaciones no se han transportado a ningún otro lugar y que estos desperdicios –mayormente marés así como otros materiales– van a ser reutilizados para dar precisamente solidez a la que será la base o el fondo de la nueva tribuna.
De esta forma el club reutiliza todo el material resultante del derribo. Por otra parte, el resultante de la tierra vegetal que se ha extraído también ha sido reutilizado para su uso agrícola. Se trata por lo tanto de una obra que está teniendo un elevado cuidado con el medio ambiente tanto en el tratamiento de la tierra vegetal como en el aprovechamiento del material procedente del derrumbe de las tribunas.
Este aspeto ha sido uno de los motivos que ha impedido agilizar las obras, pero no ha sido el único. Los técnicos también se vieron en la obligación de derrumbar a mano la tribuna cubierta sin poder utilizar maquinaria pesada ni que la empleada afectase a toda la estructura.