La nueva era del Atlètic Balears echó a andar ayer en lo deportivo. Consumado el relevo en la cúpula institucional, Nico López asume el desafío de asentar al bloque en la Segunda División B con las miras puestas en retos de mayor altura en el horizonte.
El conjunto blanquiazul inició ayer la pretemporada en vistas al curso 2014/14 en el que será su nuevo centro de operaciones. Numerosos aficionados, incluso una representación de la propiedad, fueron testigos del arranque del ATB en las gradas de Son Malferit, recinto que dejarán en breve para trasladarse hasta Binissalem, de manera provisional, hasta que finalicen las reformas en el recinto palmesano.
Remodelación
A falta de cerrar dos nuevas incorporaciones, el ATB empezó ayer a sudar con nueve altas en su plantilla y catorce caras nuevas. Varios jugadores del conjunto de División de Honor Juvenil trabajarán con el equipo de Segunda B, que ha perdido a su columna vertebral respecto a la pasada campaña. Hombres como Xavi Ginard, Joan Vich, Del Castillo, Florín, Xisco Hernández, Thiago o Pedro Capó han cambiado de aires, variando la fisonomía del bloque que estuvo a un paso de disputar la fase de ascenso a Segunda A.
Entre las numerosas novedades que ofrece el ATB, ayer llamaron las atención las dos últimas incorporaciones plasmadas por Nico López y el cuerpo técnico blanquiazul. El centrocampista portugués Gonçalo Quinaz y el delantero Cifu fueron dos de los más seguidos por los incondicionales que acudieron a Son Malferit para brindar su apoyo desde el primer día a un equipo que ilusiona desde el punto de partida e inicia un ciclo en todos los aspectos.