Dua Lipa ha elegido Mallorca para disfrutar de unos días de descanso junto a un grupo íntimo de amigas a las que define como «hermanas». A través de sus redes sociales, la artista británica ha compartido diversos momentos de su estancia en la isla balear, incluyendo sus baños en el mar, salidas nocturnas y paseos por los encantadores paisajes que ofrece la localidad mallorquina de apenas 700 habitantes en la que se ha alojado: Deià. Este pequeño municipio, conocido por su arquitectura tradicional de casas de piedra y calles empedradas, se ha convertido en un refugio para la intérprete de éxitos como Levitating o Don't Start Now.
Con su ambiente tranquilo, representa perfectamente ese equilibrio entre naturaleza virgen y cultura que caracteriza a los pueblos más auténticos de Mallorca, ofreciendo a sus visitantes experiencias únicas en un entorno privilegiado que combina montaña y mar. No es casualidad que Dua Lipa haya elegido este enclave para su descanso, pues Deià ha sido históricamente un imán para artistas, escritores y personalidades creativas que han encontrado inspiración en sus paisajes. Desde el Archiduque Lluís Salvador de Austria hasta el compositor Manuel de Falla, pasando por pintores como Leman, Junyer o Russinyol, y poetas de la talla de Robert Graves y Laura Riding, todos ellos han sucumbido en algún momento al encanto de este rincón privilegiado de la isla.
Situado en la costa noroeste de Mallorca y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como parte de la Serra de Tramuntana, Deià se alza sobre un valle que desciende hasta el mar, ofreciendo unas vistas panorámicas impresionantes. Sus calles empinadas, flanqueadas por casas tradicionales de piedra y vegetación mediterránea, crean un ambiente único que transporta a sus visitantes a otra época. Para los amantes del senderismo y la naturaleza, este municipio mallorquín ofrece numerosas posibilidades.
La famosa ruta GR-221, conocida como Ruta de Pedra en Sec, atraviesa esta localidad y permite a los excursionistas recorrer antiguos caminos de piedra que conectan diferentes pueblos de la sierra. Además, existen diversas rutas para ciclistas que desean descubrir los encantos de la zona sobre dos ruedas, adaptadas a diferentes niveles de dificultad. Una de las joyas más preciadas de Deià es su cala homónima, un pequeño enclave natural al que se accede tras un descenso de aproximadamente 30 minutos desde el pueblo. Aunque pequeña, esta cala de aguas cristalinas rodeada de acantilados representa a la perfección ese Mediterráneo auténtico que cada vez resulta más difícil de encontrar en destinos más masificados.
Más allá de sus evidentes atractivos naturales, Deià mantiene vivas sus tradiciones, especialmente durante las fiestas patronales de San Juan, que se celebran cada 24 de junio. Durante estas fechas, el pueblo combina de forma armoniosa tradición y modernidad, ofreciendo actividades para todos los públicos: desde habaneras a orillas del mar hasta espectáculos de bailes tradicionales mallorquines. La mañana de San Juan representa uno de los momentos más emotivos para los habitantes de Deià, cuando lucen sus mejores indumentarias tradicionales para rendir homenaje al santo patrón. Es también el momento del año en que la localidad recibe a numerosos visitantes, antiguos residentes y amigos que regresan para disfrutar del verano en este rincón privilegiado de la isla.
La gastronomía local merece también una mención especial, con restaurantes que ofrecen platos elaborados con productos frescos y de proximidad, muchos de ellos cultivados en los huertos y terrazas que rodean el pueblo. El pescado fresco, el aceite de oliva local y las verduras de temporada son protagonistas de una cocina sencilla pero llena de sabor que complementa perfectamente la experiencia de visitar Deià. La conexión de Deià con el mundo artístico no es reciente ni casual.
Desde principios del siglo XX, este pueblo ha sido un punto de encuentro para creadores de diversas disciplinas. El caso más emblemático es probablemente el del poeta británico Robert Graves, quien estableció su residencia en Deià en 1929 y vivió allí hasta su fallecimiento en 1985. Su casa, conocida como Ca n'Alluny, funciona actualmente como museo y centro cultural. El ambiente bohemio y relajado del pueblo, junto con su luz especial y sus paisajes de contrastes, continúa atrayendo a artistas contemporáneos, músicos y escritores que buscan inspiración o simplemente un lugar donde desconectar de la vorágine de las grandes ciudades. No es extraño, por tanto, que celebridades como Dua Lipa escojan este destino para sus momentos de descanso.
En los últimos años, además, han proliferado en Deià pequeñas galerías de arte y talleres de artesanía que complementan la oferta cultural del municipio y permiten a los visitantes llevarse un recuerdo único de su paso por este rincón mallorquín. Estas iniciativas contribuyen a mantener vivo el espíritu creativo que ha caracterizado históricamente a la localidad. Para quienes deseen visitar este encantador pueblo tras conocer la experiencia de Dua Lipa, Deià se encuentra a unos 35 kilómetros de Palma de Mallorca, la capital de la isla.
Se puede acceder en coche a través de la pintoresca carretera Ma-10, que recorre toda la Sierra de Tramuntana ofreciendo vistas espectaculares durante el trayecto. También existe la posibilidad de llegar en transporte público, con líneas regulares de autobús que conectan Palma con los principales pueblos de la sierra, incluido Deià. Para quienes prefieran combinar la visita con otros pueblos cercanos igualmente encantadores, localidades como Valldemossa, Sóller o Fornalutx se encuentran a poca distancia y completan una ruta por lo mejor de la Sierra de Tramuntana.
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