La zona residencial de Mallorca que enamoró a los Rolling Stones: aguas cristalinas y calas de arena dorada

El grupo aterrizó en el aeropuerto de Palma en el año 2003 para disfrutar de unos días de descanso

La zona residencial de Mallorca que enamoró a los Rolling Stones

Los Rolling Stones disfrutaron de la zona residencial de Costa d'en Blanes | Foto: Archivo

| Calvià |

Corría el año 2003 cuando Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ron Wood, es decir los Rolling Stones, aterrizaron en el aeropuerto de Palma. Con total discreción los artistas llegaron a la Isla, procedentes de Toronto, a bordo de su jet privado para disfrutar de unos días de descanso. Los cuatro artistas escogieron Mallorca para descansar, reponer fuerzas y afrontar el último concierto que cerraría su gira alrededor del mundo. Todos los componentes de la banda, a excepción de Jagger que voló a París en un pequeño avión, se quedaron en la Isla.

¿El lugar escogido? Una zona residencial dentro del municipio de Calvià. Los artistas se instalaron en un exclusivo hotel de Costa d'en Blanes con vistas al mar. Esta zona costera es un área exclusiva y pintoresca situada en la costa suroeste de la Isla. Se caracteriza por playas y calas de arena dorada con aguas cristalinas y tranquilas. Se puede acceder directamente desde la autovía y cuenta tanto con una zona más familiar como con espacios de ocio y restauración.

Cuando el grupo aterrizó en Son Sant Joan. FIRMA: J.AGUIRRE

También ofrece diversas actividades acuáticas como paseos en barco, deportes acuáticos y de buceo. Además, consta con uno de los puertos deportivos más exclusivos de Mallorca, Puerto Portals, conocido por sus yates de lujo, restaurantes gourmet y boutiques. Una combinación de naturaleza costera mediterránea, lujo y tranquilidad, ideal para disfrutar del mar en la que los Rolling Stones pudieron descubrir los encantos de la Isla.

Keith Richards en Cabrera. FIRMA: O. García

Precisamente en este viaje Richards alquiló un yate y se fue con unos amigos a Cabrera, una excursión accidentada ya que el motor de la zodiac en la que viajaban se paró y se quedaron a la deriva. «Debería haberme quedado en la habitación del hotel...», admitió el guitarrista. Quién sí se enamoró de Mallorca fue Ron Wood, que regresó en 2010, en esta ocasión a Alcúdia. Acompañado por su novia Ana, se instaló en una casa de alquiler a las afueras del pueblo, unas vacaciones en las que probó la gastronomía local como la sobrasada con miel y el frito mallorquín.

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