La cirugía de catarata ha dejado de ser un procedimiento estándar que nos libra de la ceguera, para convertirse en una cirugía personalizada, que además de solucionar de forma precoz la opacidad del cristalino que da lugar a la catarata, corrige cualquier defecto refractivo y permite independencia de gafas a varias distancias.
Esta cirugía, llamada premium, así como la inmediatez en llevarla a cabo, sin que el paciente tenga que sufrir largas listas de espera, es la que realizan en los centros Miranza, grupo líder en oftalmología, con más de 30 centros en España, varios de ellos en Mallorca. Se trata de Miranza Mallorca (Miranza IBO y Miranza Passeig Mallorca), clínicas de referencia en Palma. Conversamos con uno de sus oftalmólogos, el Dr. Javier Chacártegui, sobre la presbicia o vista cansada, la catarata y el tratamiento de ambos problemas relacionados con el cristalino del ojo.
—¿En qué consiste el síndrome del cristalino malfuncionante?
—La capacidad de enfoque que tenemos depende de la función del cristalino. Todos los problemas de presbicia o vista cansada, van apareciendo porque el cristalino va perdiendo elasticidad y vamos perdiendo el mecanismo de enfoque, lo que nos obliga, por ejemplo, a realizar el típico gesto de alejarnos los textos para leer. Además, y de forma paulatina, el cristalino va perdiendo también transparencia, lo que da lugar a la catarata.
—¿Qué cirugía puede realizase en el caso de la presbicia?
—Al final, la cirugía es básicamente la misma que la de catarata. En ambos casos, lo que hacemos es sustituir el cristalino envejecido por una lente que va a cubrir su función, ya sea solo la de acomodación o también la de transparencia.
«Actualmente, disponemos de lentes intraoculares muy sofisticadas, con un 90-95% de satisfacción entre los pacientes»
—Por tanto, ¿la cirugía del cristalino se lleva a cabo en pacientes más jóvenes de lo que se hacía antes, cuando la catarata ya 'estaba madura'?
—La verdad es que hoy en día cada vez hay más pacientes que en el momento en que su cristalino empieza a presentar disfunciones y va generando una serie de síntomas, como cambios de refracción inusuales, pérdida de calidad de visión, especialmente por la noche o pérdida de comodidad visual incluso con gafas, ya se plantean la cirugía.
«Con la cirugía premium, además de solucionar la catarata, podemos corregir defectos refractivos, de lejos y de cerca, para siempre»
—¿Y hay opciones para dar respuesta a esta demanda 'precoz'?
—Sin duda. Actualmente, ofrecemos la posibilidad de hacer la cirugía de forma precoz, sustituyendo ya el cristalino, que empieza a no funcionar bien, por una lente intraocular. Dentro de estas lentes, decidiremos cuál es la más adecuada para el paciente, en función de las características de sus ojos y, sobre todo, de sus gustos, necesidades y actividades diarias. Actualmente, las lentes han evolucionado mucho y al paciente se le plantea la posibilidad de que esa lente le corrija, no solo la catarata sino también su defecto refractivo, tanto de lejos como de cerca. Esta opción de multifocalidad supone una gran mejoría en la calidad de vida del paciente, y tenemos lentes lo suficientemente desarrolladas como para que ya se pueda ir generalizando esa indicación, siempre con los estudios previos necesarios para realizarla de forma personalizada y con la máxima eficacia y seguridad para el paciente.
—¿Somos cada vez más exigentes en cuanto a nuestra calidad de visión y a la libertad de poder prescindir de gafas en toda circunstancia?
—Sí, cada vez es más difícil encontrar a los pacientes que veíamos hace 10-15 años, con cataratas muy evolucionadas, que estaban casi ciegos. Actualmente, actuamos ya en pacientes que han perdido un poco de calidad visual, y de agudeza visual, incomodidades que le van afectando a su vida diaria y a su calidad de vida, que actualmente es más exigente que hace unos años. Además, los pacientes también esperan inmediatez. Es decir, poder someterse a la operación sin largas semanas o meses de espera. En esto también les damos respuesta en las clínicas Miranza, con una espera no superior a una semana desde la indicación de la cirugía.