Tomarse la vida con humor permite afrontar mejor los problemas. En este sentido, la coach personal y de salud, Marga Almarcha, asegura que hay pocas personas que no reaccionan de forma positiva ante una sonrisa. «Sin ningún tipo de duda, una sonrisa es capaz de cambiar el estado de ánimo de una persona. Sonreír y tener un buen sentido del humor favorece nuestro estado anímico lo que se traduce en mejores interacciones con los demás y nos ayuda a aligerar ciertas situaciones y afrontar de manera distinta las dificultades».
«Muchas veces cuando se habla de felicidad nos viene a la mente la imagen de una persona riendo, asociamos fácilmente ser feliz a vivir la vida con sentido del humor, una relación que en muchos casos cuesta mantener, porque siendo realistas mantener una cota de humor cada día se puede convertir en todo un reto en los momentos actuales y con las circunstancias en las que estamos inmersos. Aún así, si pensamos en que muchas esferas de nuestra vida se van a ver mejoradas como, por ejemplo, las relaciones de pareja, las relaciones en el trabajo, con amigos…sin duda merece la pena animarse e intentarlo», argumenta.
¿Qué beneficios nos aporta la risa y el sentido del humor?
Almarcha sostiene que «los regalos que nos aporta ir por la vida 'con una sonrisa puesta' son muchos. Uno de ellos es que gestionamos mejor el temido estrés. «Nuestro ritmo de vida cada vez más acelerado y exigente nos lleva en muchas ocasiones a sentir que no llegamos a todo lo que nos genera frustración, inquietud… En estos casos, aplicar el humor nos va a servir para reducir estos momentos de tensión y que se traduzca en apertura de cara a la búsqueda de soluciones, desde unas emociones más agradables».
Agradas a más personas. «Si eres del tipo de persona que transmite su buena energía y su buen rollo, seguramente habrás notado cómo atraes a otras personas y como se genera un halo de bienestar cuando dedicas una sonrisa a tu interlocutor, lo que no es más que el resultado de ser una persona vitamina. Además, esta cualidad te ayudará a rodearte de personas interesante». La coach también destaca que el sentido del humor nos ayuda a comunicarnos mejor y a captar la atención de las otras personas. «Sin duda, explicar una anécdota que desate las risas cuando estamos contando algo, origina una conexión con los que nos están escuchando, lo que ayudará a que mantengan su atención en nosotros y a generar un clima más distendido».
Otro de los beneficios de la risa y el sentido del humor es que «nos ayuda a soltar nuestros nervios y a relajarnos en situaciones en las que necesitamos estar tranquilos como charlas, presentaciones…antes de empezar no dudes en hacer muecas ante un espejo, escuchar algo gracioso, reírte… te ayudará a soltar los nervios».
Mejora nuestra salud. «Se ha constatado que el sentido del humor mejora nuestro sistema inmunológico y eso se traduce en un mejor afrontamiento de infecciones, además de que ayuda a bajar nuestra presión arterial, manteniendo un corazón más sano». Además, subraya que «hace que seamos más felices. Mantener un buen sentido del humor, sonreír, apreciar las bromas, dejarse llevar por la risa tonta… todo ello genera en nosotros emociones agradables que buscaremos mantener en el tiempo y que, al mismo tiempo, es contagioso para todas las personas de nuestro entorno».
La coach reconoce que «resumir en unas líneas todo lo bueno que nos puede aportar reír, resulta complicado, ya que nos podemos quedar cortos y porque quizá sea de esas cosas que necesitan ser vividas y experimentadas. Aún así, es importante exponer que siempre estás a tiempo de implementar pequeñas acciones para empezar a regalar a tu vida ese sentido del humor tan necesario; y en este sentido, te puede ayudar saber que no es tan complicado como parece».
¿Cómo reír?
En este punto, sugiere que «una de las cosas que más te pueden beneficiar es ver películas de humor. Es el primer recurso, sobre todo por su fácil acceso. La comedia siempre ha sido un género muy recurrido así que no esperes más. Disfruta de este tipo de películas, donde la risa fácil esté en cada escena.
«Otra opción, que apenas, necesita esfuerzo es sonreír. Practica la curva más bonita de tu cuerpo; siendo generoso son muchas las oportunidades para hacerlo: en la cola del bus, en la panadería, cuando entras en un establecimiento, en el trabajo… cualquier momento es bueno para practicarla y permítete descubrir qué pasa cuando lo haces». Otra idea es escuchar chistes de vez en cuando y «ríete hasta que no puedas más y si te animas, cuéntalos en casa. Es más, te invito a que en familia disfrutéis de un recital de chistes improvisado». «Si no te sirven estos consejos, puedes acudir a un taller de risoterapia donde, a través de diferentes técnicas, se consigue relativizar la realidad donde la risa es el hilo conductor».
Almarcha concluye que «el sentido del humor ha dejado de ser sinónimo de inmadurez, de ser sólo exclusivo de la edad infantil, a pasar a ser un elemento más que nos ayuda a entender el mundo desde una mirada más positiva contribuyendo a liberar tensiones y bloqueos de los que podemos ser presos. Reír, posiblemente sea el verbo más bonito de conjugar después de amar, y el que más podríamos practicar. Sin duda es el momento perfecto para dar más protagonismo a esa curva, a nuestra sonrisa, y empezar a regalarlas; sobre todo en un momento donde las malas noticias y el desánimo generado campan a sus anchas, porque como bien decía Buñuel 'un día sin risa es un día perdido'.