Mallorca es mucho más que playas de postal. Es una isla donde el paisaje y la gastronomía caminan juntos, y donde cada rincón invita a saborear la vida a un ritmo distinto. En la Colònia de Sant Jordi, un pequeño y tranquilo pueblo costero que mira al Mediterráneo con la serenidad de quien no necesita alardes, el restaurante Salicornia se ha consolidado como un punto de encuentro entre tradición y creatividad. Frente al puerto, con una ubicación privilegiada y a solo unos minutos de la icónica playa de Es Dolç, este espacio ha logrado capturar la esencia de la isla y llevarla directamente a la mesa.
Esta temporada, Salicornia reabre con una carta renovada que mantiene intacta su filosofía: producto local, raíces mallorquinas y un sutil mestizaje que aporta frescura sin perder el carácter. Pero más allá de su carta principal, el restaurante apuesta por una propuesta muy especial pensada para los días entre semana, lejos de las aglomeraciones y el bullicio del fin de semana. Su menú del mediodía, disponible de lunes a viernes, es una invitación a disfrutar sin prisas de una experiencia gastronómica completa por menos de 35 euros. Una comida frente al mar que incluye entrantes, principal, postre, vino y agua, elaborada siempre con ingredientes de temporada y una cocina que respeta la esencia del producto. Es una opción ideal tanto para quienes trabajan cerca como para quienes visitan el pueblo durante una escapada, y una forma de comer bien sin renunciar ni al sabor ni al entorno.
La cocina de Salicornia no se encierra en una sola identidad. Aquí conviven platos arraigados en la tradición mallorquina, como la sobrasada o la porcella, con propuestas más atrevidas como el tartar de atún con salsa asiática, el pollo tandoori o una tosta de anguila que sorprende por su equilibrio. Cada receta nace del respeto por el producto local y de una mirada contemporánea que busca reinterpretar la cocina de siempre sin perder su alma. Esta visión no es un gesto puntual, sino parte del ADN del restaurante y también del Hotel Honucai, al que pertenece. Ambos comparten una misma filosofía: autenticidad, atención al detalle, respeto por el entorno y una forma de entender la hospitalidad que combina naturalidad y estilo.
Vermut y 'happy hour'
Además del mediodía, hay otro momento que merece una visita: la hora del vermut. De 12 a 13 horas, la terraza de Salicornia se convierte en un rincón perfecto para anticipar el almuerzo con calma. Una copa de vermut bien servida y una tapa casera —como una croqueta o unas bravas— bastan para convertir este instante en una pequeña celebración cotidiana. Frente al ir y venir de los barcos en el puerto, con la brisa marina de fondo y el sol colándose entre las palmeras, este ritual sencillo condensa la esencia del estilo de vida mediterráneo: sin excesos, pero lleno de sentido.
Y si el plan es alargar la sobremesa o dejar que la tarde se estire, Salicornia también ofrece una happy hour entre las 16 y las 19 horas con cócteles a precio especial. Es el momento perfecto para brindar al atardecer, dejarse llevar por el ritmo lento de la isla y disfrutar de una terraza que parece suspendida entre el cielo y el mar.
En Salicornia, cada momento del día tiene su propio sabor. Ya sea para un almuerzo entre semana, una tapa al mediodía o una copa al caer la tarde, este restaurante frente al mar invita a reconectar con lo esencial: comer bien, respirar hondo y disfrutar sin prisas. Porque a veces, el mejor lujo es simplemente detenerse.