El pavo es uno de los platos más representativos de la celebración de ‘Thanksgiving’ o Acción de Gracias en Estados Unidos y Canadá. Su historia en estas festividades tiene raíces en el siglo XVII. Durante la primera cena de Acción de Gracias, celebrada en 1621 en Plymouth, Massachusetts, se cree que los colonos y los nativos americanos compartieron una comida que incluía pavo salvaje. Aunque no se sabe con certeza si el pavo fue el principal protagonista de aquella comida, pronto se convirtió en uno de los alimentos más populares para las celebraciones de Acción de Gracias, debido a su tamaño y facilidad para alimentar a grandes grupos.
Hay diferentes variedades de pavo que se consumen en Acción de Gracias, entre ellas el pavo blanco, el pavo bronceado y el pavo de grano. Los pavos blancos son los más comunes debido a su mayor disponibilidad y su capacidad para producir grandes cantidades de carne magra. Por otro lado, el pavo bronceado es menos común, pero se caracteriza por su sabor más robusto. Los pavos de grano son conocidos por tener un sabor más delicado y una carne más jugosa, lo que los hace una opción preferida por algunos gourmets.
El pavo de Acción de Gracias generalmente se sirve acompañado de una variedad de guarniciones tradicionales. Entre las más comunes se encuentran el puré de papas, la salsa de arándanos, el relleno (o ‘stuffing’), el maíz, los frijoles verdes, las zanahorias glaseadas y la salsa gravy. El relleno es especialmente importante, y su receta varía según la región, pero comúnmente se prepara con pan, cebolla, apio, hierbas y, en ocasiones, carne o salchicha. La salsa de arándanos es otra guarnición clásica que complementa perfectamente el sabor del pavo, aportando un toque ácido que equilibra la riqueza de la carne.
Pavo asado para Acción de Gracias, paso a paso
Ingredientes: 1 pavo de 5-6 kg, 2 cucharadas de mantequilla derretida, sal y pimienta al gusto, 1 cebolla (opcional), 2 ramas de romero fresco (opcional), 2 tazas de caldo de pollo
Instrucciones: Precalienta el horno a 180°C. Lava el pavo y sécalo con toallas de papel. Colócalo en una bandeja para hornear. Unta el pavo con la mantequilla derretida y sazónalo con sal y pimienta por dentro y por fuera. Si deseas, coloca dentro del pavo la cebolla y las ramas de romero. Vierte el caldo de pollo en la bandeja para hornear. Cubre el pavo con papel aluminio y hornea durante 2 horas. Después, retira el papel aluminio y hornea durante 1 hora más o hasta que la piel esté dorada y el pavo esté completamente cocido (el termómetro debe marcar 75°C en la parte más gruesa del muslo). Deja reposar el pavo durante 15-20 minutos antes de cortarlo ¡Y listo para disfrutar!