Aunque hay melones en los supermercados y fruterías durante todo el año, están en su mejor momento en agosto y septiembre y me encanta incluir una o dos rodajas jugosas en mis desayunos o mis ensaladas. Los melones de Mallorca son conocidos por su piel rugosa y su carne jugosa y aromática, que es un verdadero placer para todos los sentidos. Se utilizan en varias recetas típicas de la región. Una de las preparaciones más populares es la ensalada de meló i pernil, una ensalada fresca que combina trozos de melón con jamón serrano, aceite de oliva y un toque de menta fresca, creando una combinación de sabores dulces y salados que es simplemente deliciosa.
Otra receta típica es el gazpacho de melón, una sopa fría veraniega que mezcla melón, pepino, pimiento y tomate, aliñados con aceite de oliva y vinagre. Es una opción refrescante para los días calurosos y una manera perfecta de disfrutar de los melones de Mallorca preparados de una manera diferente. Algo que a mí me encanta preparar por las mañanas es un batido de melón y menta. Mezclo trozos de melón maduro con hojas frescas de menta, yogur griego y un toque de miel en una licuadora que me da un batido refrescante y saludable en minutos, perfecto para el desayuno o como una merienda ‘para llevar'.
Sabemos que Mallorca es famosa por sus ferias gastronómicas y los melones también tienen su día. Uno de los eventos más destacados relacionados con los melones de Mallorca es la Fira del Meló en Vilafranca de Bonany, que este año se celebró el pasado 2 y 3 de septiembre. Esta feria es una celebración de la cultura y la tradición melonera, donde los agricultores locales exhiben sus mejores cosechas y los visitantes pueden degustar una amplia variedad de melones frescos y deliciosos. Además de la degustación, la feria ofrece actividades como concursos del mejor melón, música en vivo y eventos culturales para toda la familia. Este año incluso hablamos de un récord Guinness por el tamaño de un melón de Felanitx.
Melón al cava. Esta receta es perfecta para una ocasión especial: Cortar el melón en pequeñas bolas o cubos y colocarlos en copas individuales. Luego, verter un poco de cava (vino espumoso) sobre el melón y espolvorear con azúcar glas. Dejar reposar en el refrigerador durante unas horas para que los sabores se mezclen. El resultado es un postre refrescante y elegante que combina la dulzura del melón con la burbujeante frescura del cava.