Empezar el día en verano puede costar un poquito más de lo normal. El calor pasa factura y es posible que nos provoque cierto cansancio o desgana. Para paliar esto y empezar el día con un buen y refrescante sabor de boca, aquí te proponemos cinco tipos de desayunos fáciles, saludables y fresquitos. Los puedes ir combinando distintos días de la semana y acompañarlos de una bebida refrescante, como un vaso de café con leche con hielo, zumo de naranja natural o un vaso de agua fría.
1. El yogur, siempre una buena opción
Un recurso rápido, saludable y refrescante es el yogur. Quizá te suene un poco soso, pero el secreto es su combinación. Una saciante y deliciosa es añadir por encima cereales y fruta. Para esta última puedes elegir entre una gran variedad, como arándanos, fresas, plátano...De esta forma nunca se te hará repetitivo y proveerás a tu cuerpo de diferentes vitaminas y minerales. En cuanto a los cereales, asegúrate de que no sobrepasen los 10g de azúcar por 100g de producto. De lo contrario, el desayuno de saludable tendrá mucho menos. Los copos de avena o cereales bajos en azúcares son perfectos y aportan ese 'crunch' que te enganchará. Mucho mejor, sin duda, esta opción que el bol de leche con cereales azucarados. Además, cambiando la leche por el yogurt, te saciarás mucho más.
2. Un bowl de frutas
Los amantes de las frutas pueden optar por una versión de la primera receta, pero tomando como base el conocido como 'smothie', es decir, el batido de frutas. Habrá que triturar un yogur o queso fresco batido con la fruta de temporada que queramos -por ejemplo, un plátano y unas cuentas fresas- hasta conseguir una textura cremosa, no demasiado líquida. Esa será nuestra base. Este paso lo podemos hacer cada mañana o, para quienes siempre van con prisas, congelar pequeñas dosis en moldes de helado y descongelarlas cuando nos vayamos a hacer este desayuno. Sobre el batido de fruta podemos decorar con más fruta, frutos secos, semillas de chía y/o ralladura de coco.
3. Tostadas
No podíamos obviar uno de los desayunos más típicos y ricos: las tostadas. Eso sí, con tal de convertirlas en saludables más vale evitar untar chocolate, queso en crema azucarado o mantequilla. Por contra, y para aportar un toque refrescante en verano, vamos a añadir fruta. Puede que al principio te parezca extraño, pero suele gustar. Prueba a añadir sobre la tostada rodajas de plátano, fresa o melocotón con canela espolvoreada o con un chorrito de crema de cacahuete. Si eres más de salado también puedes optar a la archiconocida tostada de aguacate. Colócalo en rodajas sobre la tostada o machácalo hasta conseguir una textura untable. Por arriba puedes acompañar la tostada con pequeños trozos de tomate, un buen chorro de aceite de oliva, sal y una pizca de albahaca.
4. Pudding de chía
A algunos quizá les suene demasiado moderno, pero es un desayuno muy sencillo y asequible, aunque requiere que lo preparemos la noche anterior. Primero deberemos de verter unos 200 ml de leche -vegetal o de vaca- en un recipiente junto con dos cucharadas soperas de chía y lo llevaremos a la nevera durante toda la noche. La mañana siguiente la mezcla habrá espesado hasta conseguir una textura similar a la de un pudding. A partir de aquí puedes ir combinando diferentes ingredientes para acompañar por encima, como yogur con frutas o cereales. También se recomienda añadir un poco de azúcar moreno, sirope de ágave o cualquier otro endulzante -sin pasarse-.
5. 'Porridge', pero fresquito
Para esta receta primero hay que preparar el conocido como 'porridge' de avena, pero, en lugar de llevarlo a la olla, te proponemos una versión veraniega y más sencilla. En un cuenco añadiremos la leche que queramos -un vaso grande, normalmente- tres cucharadas soperas de copos de avena y una cucharadita de semillas de chía. Lo removeremos todo y lo llevaremos a la nevera durante toda la noche. Por la mañana habrá espesado y los copos estarán ya tiernos, sin necesidad de cocerlos en la olla. Por encima puedes decorar con fruta de temporada en trocitos, coco rallado y frutos secos.