La distribución de la dieta de los pequeños de la casa, tanto los de preescolar como los de la etapa escolar, han de distribuirse en 5 comidas diarias: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Además de plantear estas comidas de forma variada y equilibrada, hay que evitar las ingestas entre horas.
Estas comidas deben aportar la energía necesaria, según la Guía de Comedores Escolares, distribuyendo el total calórico en:
- Desayuno: 20%
- Almuerzo: 10-15%
- Comida: 30-35%
- Merienda: 10-15%
- Cena: 25%
Como se ve, el almuerzo es una parte importante, además del desayuno, dos comidas fundamentales que aportan la energía necesaria para evitar que el niño muestre falta de atención o bajo rendimiento durante la mañana, es decir, durante el período de mayor actividad física e intelectual.
Los niños en edad escolar deben completar el desayuno durante el almuerzo de media mañana, por lo que este ha de incluir alimentos del grupo de las frutas, leche u otros lácteos o cereales y derivados.
Sin embargo, es difícil controlar que el niño coma durante el recreo lo indicado, ya es un momento que aprovechan para jugar y entretenerse en el patio. Esto hace que en muchas ocasiones se recurra a un almuerzo menos sano y más apetecible para los niños.
La Asociación Española de Pediatría apunta a que es preferible que el niño lleve un bocadillo y una fruta antes de optar por los zumos envasados y la bollería industrial.
Así, si se opta por el bocadillo, es preferible que cada día sea de una cosa, para que el niño no se canse y, también, para fomentar una dieta equilibrada. Además, lo mejor es beber agua y no decantarse siempre por los zumos envasados.
En cuanto a la fruta, una manzana que se puede comer rápido y sin necesidad de pelarla o, también, los plátanos, son una buena opción para aportar vitaminas y acostumbrar a los niños a comer fruta.
Parece siempre que a los niños siempre les va a gustar más un snack industial, un bollo o unas galletas compradas. Sin embargo, para la tarea de habituar a los niños a comer fruta, se puede optar por prepararles para el recreo algo un poco más elaborado. Por ejemplo, meter en un tupper una pera ya pelada y en cachitos pequeños, acompañada por queso. Otra opción es hacer lo mismo, pero con uvas. Estas ideas también encantan a la mayoría de los niños y son mucho más saludables.
Si no lo toman en el desayuno, exprimir una naranja y que lleven el zumo natural para el recreo es otra buena opción. Los sándwiches también suelen gustar a la mayoría de los niños y se pueden hacer de múltiples formas. Los yogures también son una buena opción, siempre que no se conserven a temperaturas muy elevadas.
Para los niños un poco más mayores (para evitar atragantamientos) los frutos secos son otra forma de aportar energía. Son cómodos de llevar, hay gran variedad y se comen rápidamente.
Todas estas opciones son variadas, complementan el desayuno y aportan energía de forma saludable a los niños. Además, sustituyen a la típica bollería industrial, las galletas compradas, los chocolates o los snacks, los cuales se pueden emplear pero solo en ocasiones puntuales.