El ibuprofeno, uno de los fármacos más utilizados para tratar dolores y molestias, debe emplearse con precaución y bajo ciertas condiciones. El cardiólogo Aurelio Rojas insiste en que su consumo habitual y sin criterio puede acarrear serias complicaciones.
Este medicamento antiinflamatorio no esteroideo es efectivo para aliviar dolores puntuales, pero el uso indiscriminado, automatizado o prolongado puede poner en riesgo la salud, especialmente en personas con patologías cardiovasculares o renales.
Es fundamental entender que el ibuprofeno no es un remedio inocuo y que debe ser consumido sólo cuando sea estrictamente necesario, evitando hábitos que lo integren como una solución rutinaria para cualquier malestar menor.
Recomendaciones para un uso seguro
Uno de los consejos clave transmitidos por el experto es evitar el consumo constante del ibuprofeno por costumbre. En su lugar, recomiendan recurrir primero a métodos naturales o alternativos más seguros para aliviar el dolor. Técnicas sencillas como la aplicación de frío o calor local, la fisioterapia o ejercicios de respiración profunda pueden ser útiles para manejar molestias comunes sin recurrir inmediatamente a medicación.
Además, quienes padecen hipertensión arterial no controlada deben extremar la precaución. El ibuprofeno puede interferir significativamente con los medicamentos antihipertensivos, reduciendo su eficacia y aumentando el riesgo de complicaciones cardiovasculares. Por tanto, consultar al médico antes de tomarlo es siempre imprescindible en estos casos.
La importancia de la hidratación
Durante el tratamiento con ibuprofeno, se recomienda mantener una adecuada hidratación para proteger la función renal, que puede verse afectada por este tipo de fármacos. La deshidratación puede aumentar la presión arterial y, en combinación con el medicamento, generar un impacto negativo considerable en la salud vascular y renal.
Asimismo, es imprescindible limitar el consumo de alcohol y moderar la ingesta de sal. Ambos elementos contribuyen a la retención de líquidos y a la vasoconstricción, efectos que se potencian peligrosamente cuando se combinan con ibuprofeno, incrementando la sobrecarga para el corazón y los riñones.
Dosis y tiempo máximo de administración
Una regla básica para minimizar riesgos es usar la menor dosis efectiva de ibuprofeno y durante el tiempo más corto posible. El límite general es no superar los tres días consecutivos sin supervisión médica, ya que más allá de este periodo la probabilidad de efectos adversos crece.
También existen alternativas válidas para controlar el dolor, como es el paracetamol, siempre que no estén contraindicadas. Métodos naturales complementarios, como el descanso adecuado o el empleo de antiinflamatorios naturales -por ejemplo, la cúrcuma combinada con pimienta negra- pueden ayudar a evitar tomar ibuprofeno cuando no es estrictamente necesario.