Renunciar a los alimentos ultraprocesados y el azúcar no es solo una moda pasajera en España, sino un cambio vital que puede transformar la salud de manera palpable en un corto plazo. El cardiólogo José Abellán resalta cómo el cuerpo comienza a reaccionar desde las primeras 24 horas tras dejar estos productos. Este fenómeno pone en relieve la importancia de una alimentación natural y equilibrada frente a dietas cargadas de azúcares y productos procesados.
Según el especialista, en el primer día sin ultraprocesados y azúcar el sistema cardiovascular comienza a mostrar mejorías. Por ejemplo, se observa una leve reducción de la presión arterial, un indicador clave para prevenir enfermedades como la hipertensión o el infarto. Esto subraya no solo la rápida respuesta del organismo sino la trascendencia de pequeñas decisiones para la salud diaria.
Pero los cambios no terminan ahí. Al cabo de 48 horas, el nivel de glucosa en sangre empieza a estabilizarse, reduciendo picos y evitando las bruscas caídas que perjudican el organismo. En España, donde existe un alto índice de personas con problemas metabólicos, este dato cobra especial relevancia. Una glucemia equilibrada ayuda a prevenir complicaciones como la diabetes tipo 2 y mejora la energía y concentración diarias.
Los primeros impactos visibles: inflamación y digestión
En menos de una semana, el organismo comienza a mostrar señales exteriores de bienestar. Entre los cuatro y cinco días sin azúcar y ultraprocesados, disminuye la inflamación general del cuerpo. Esto se traduce en menos sensación de hinchazón y digestiones más rápidas y ligeras. Para quienes viven en ciudades españolas con altos niveles de estrés y contaminación, estos beneficios son vitales para mantener un buen estado de salud digestiva y general.
Además, una semana después de eliminar estos componentes nocivos, los marcadores inflamatorios presentes en análisis médicos suelen bajar, lo que indica una menor carga oxidativa y mejor defensa frente a enfermedades crónicas. Esta caída de inflamación se relaciona directamente con una menor incidencia de patologías cardiovasculares y metabólicas, problemáticas crecientes en la población española.
Efectos a medio plazo: colesterol y hemoglobina glicosilada
Tres semanas después del cambio en la dieta, empiezan a notarse resultados aún más profundos. El colesterol LDL, comúnmente llamado colesterol malo, comienza a disminuir, un paso esencial para reducir el riesgo de enfermedad coronaria. En España, donde las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de mortalidad, mantener unos niveles óptimos de colesterol es fundamental.
Tras cinco semanas, otro indicador clave para la salud metabólica, la hemoglobina glicosilada, mejora notablemente. Esta medición refleja el control de glucosa en sangre en un periodo prolongado y es utilizada para el diagnóstico y seguimiento de la diabetes. Un descenso en este parámetro muestra que la reducción de azúcares impacta positivamente en la prevención y manejo de enfermedades crónicas.
Mejoras en el estado mental y emocional
Además de los beneficios físicos, a partir de las seis semanas sin ultraprocesados ni azúcares se percibe un aumento en la claridad mental. Esto se traduce en mayor concentración, mejor memoria y una sensación general de bienestar intelectual. Asimismo, muchas personas en España reportan una reducción en síntomas relacionados con ansiedad y un ánimo más estable, lo que apunta al impacto profundo que la alimentación tiene en la salud psicológica y emocional.
Estos avances se suman a estudios internacionales que vinculan dietas ricas en alimentos naturales con mejoras en trastornos de ansiedad y depresión, destacando así la dimensión integral de una buena nutrición.