En España, la obligación de someter los vehículos a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es una medida instaurada para garantizar la seguridad vial y el buen estado de los automóviles que circulan por nuestras vías. No obstante, a partir de 2025, una nueva normativa traerá un cambio importante para un grupo muy específico: los automóviles y ciclomotores matriculados antes del 1 de enero de 1950 quedarán exentos de esta inspección obligatoria.
Esta decisión responde al interés de las autoridades por proteger el patrimonio cultural automovilístico nacional, reconociendo que los vehículos históricos requieren un trato especial y diferente al de los vehículos en uso cotidiano. Los propietarios de estos coches clásicos ya no tendrán que someterse a la tediosa revisión periódica que, hasta ahora, podía representar una carga económica y logística.
Contexto y alcance de la reforma de la ITV
Hasta la fecha, todos los coches, independientemente de su antigüedad, estaban obligados a pasar la ITV de forma regular. Esta inspección suele realizarse anualmente después de los 10 años de antigüedad, o con una frecuencia bienal en modelos más jóvenes. Consiste en una revisión exhaustiva que evalúa elementos esenciales como luces, frenos, neumáticos, emisiones contaminantes y otras cuestiones de seguridad técnica.
Con esta nueva medida, la Dirección General de Tráfico (DGT) pretende facilitar a los coleccionistas y amantes de los autos antiguos un proceso menos gravoso, fomentando la conservación de vehículos que son una parte importante de la historia y la cultura automovilística de España. Además, esta categoría de vehículos suele circular de forma limitada y controlada, lo que reduce el riesgo que podrían suponer para la seguridad vial.
Comparativa internacional: ejemplo portugués en eliminación de ITV para motos
Mientras España avanza en la exención para vehículos históricos, Portugal ha tomado un camino diferente pero complementario al eliminar la obligación de pasar la ITV para motocicletas. Esta decisión, aprobada por el Parlamento portugués tras años de presión por diversos colectivos, se basa en el argumento de que las inspecciones repetidas para motos no aportaban beneficios claros a la seguridad vial.
Asimismo, datos del Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC) confirman que entre 2010 y 2020, Portugal logró una reducción significativa de la siniestralidad con un descenso del 47% en los accidentes mortales. Este éxito permite valorar con criterios actualizados las obligaciones y controles que se aplican a los vehículos.