En España, la cardiopatía se ha consolidado como la principal causa de muerte entre las mujeres, pero hay un problema clave: muchos síntomas se confunden con estrés o ansiedad, lo que puede suponer un peligro letal. Sentirse fatigada, tener el ánimo decaído o experimentar una presión incómoda en el pecho se atribuye con frecuencia al ritmo agobiante del día a día, sin embargo, estas sensaciones pueden ser indicios de un trastorno cardiovascular grave que debe ser atendido a tiempo.
Según especialistas internacionales, una de las dificultades radica en que las manifestaciones de problemas del corazón en mujeres suelen diferir notablemente de las clásicas. Así, un infarto o una enfermedad coronaria puede no presentar el típico dolor intenso en el pecho, sino síntomas más sutiles y difusos que a menudo pasan desapercibidos o se malinterpretan.
Factores que elevan el riesgo cardíaco femenino en España
Una encuesta reciente realizada por profesionales sanitarios destaca que muchas mujeres desconocen o infravaloran su riesgo cardiovascular. Entre los obstáculos más frecuentes para cuidar su salud se encuentran el coste económico, la falta de tiempo para hacer ejercicio y llevar una dieta adecuada y las múltiples responsabilidades familiares.
En particular, un tercio de las encuestadas señaló que el estrés y la ansiedad dificultan priorizar su bienestar. Además, el 14% expresó que el cuidado de familiares limita sus opciones para dedicar tiempo a su propia salud, un patrón muy habitual en mujeres de entre 40 y 60 años que suelen ser cuidadoras principales tanto de hijos como de sus padres. Este patrón social se traduce en un menor seguimiento médico y un aumento de riesgos a medio y largo plazo.
En el contexto económico, el encarecimiento de los alimentos saludables añade otra barrera. Un estudio de 2023 evidenció que los precios de los alimentos saludables subieron más durante la pandemia que los de productos ultraprocesados, lo que dificulta la adopción de una dieta equilibrada basada en frutas, verduras, pescado y cereales integrales.
No obstante, existen alternativas accesibles para mantener una alimentación sana, como aprovechar despensas locales o mercados de proximidad. En cuanto al ejercicio, profesionales recomiendan actividades gratuitas o de bajo coste que pueden realizarse en casa, como el entrenamiento de fuerza o ejercicios de bajo impacto, incluyendo sentadillas, planchas o saltar a la comba, con tutorías en línea para facilitar su práctica.
Recomendaciones para la prevención y detección temprana
Expertos del ámbito cardiovascular subrayan que el 80% de las enfermedades del corazón pueden prevenirse con modificaciones en el estilo de vida y controles periódicos. Así lo enfatiza la cardióloga Dra. Leslie Cho, quien destaca la importancia de no fumar, mantener una alimentación saludable y realizar ejercicio moderado regularmente, junto a un control adecuado de la presión arterial y niveles de colesterol.
Además, la atención a antecedentes familiares y la detección de factores de riesgo durante el embarazo, como la diabetes gestacional o la hipertensión, puede marcar una diferencia fundamental en la prevención de cardiopatías a largo plazo.
Es necesario también conocer las señales propias de un infarto en mujeres, que incluyen:
- Náuseas
- Mareos o desmayos
- Dificultad para respirar
- Fatiga intensa
- Sudoración fría
- Dolores u opresión en el pecho, brazos, espalda, cuello, mandíbula o abdomen
Estos síntomas difieren en matices de los que se observan en los varones y su presencia debe motivar una consulta inmediata con profesionales sanitarios.
En cuanto a la dieta, la Asociación Americana del Corazón recomienda priorizar alimentos frescos y naturales, limitando el consumo de ultraprocesados, azúcar refinada, grasas saturadas, carne roja y sal. Este tipo de régimen contribuye a mantener un sistema cardiovascular saludable a largo plazo.