La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es un trámite esencial para garantizar la seguridad en carretera y el cumplimiento de las normativas medioambientales. Sin embargo, más de 4 millones de vehículos no superaron esta prueba en su primer intento en 2023, según el Ministerio de Industria y Turismo. El rechazo puede derivar en una revisión obligatoria tras subsanar los fallos o, en casos graves, en una calificación negativa que inhabilita el vehículo para circular, debiendo ser trasladado a un taller.
Norauto, cadena especializada en mantenimiento automotriz, destaca la importancia de preparar el coche con antelación. Uno de los primeros pasos es conocer la periodicidad de la inspección. Para turismos, la ITV debe realizarse por primera vez a los cuatro años de matriculación. Después, cada dos años hasta los diez, y anualmente a partir de entonces. Para furgonetas y vehículos mixtos, la periodicidad inicial es de dos años, pasando a anual después del sexto y semestral tras diez años.
Preparar el vehículo implica revisar elementos clave. La documentación, como el permiso de circulación y la tarjeta ITV, debe estar actualizada y coincidir con los datos del coche. Además, la inspección visual es fundamental para asegurarse de que el exterior del coche, como las matrículas, la carrocería y el chasis, no presenten daños, oxidación o corrosión que puedan comprometer la seguridad.
Los sistemas de visibilidad también juegan un papel crucial. Parabrisas en buen estado, limpiaparabrisas funcionales y retrovisores correctamente fijados son elementos que se evalúan durante la inspección. Asimismo, los mecanismos de cierre, como puertas y ventanas, deben estar operativos para garantizar la seguridad de los ocupantes.
Uno de los aspectos más críticos son los sistemas de frenado, dirección y suspensión. Norauto sugiere acudir a un taller para realizar una revisión exhaustiva, donde expertos evalúan el estado del motor, los neumáticos y los sistemas electrónicos. Además, los testigos del cuadro de mandos deben estar apagados, ya que cualquier luz encendida podría indicar fallos en componentes esenciales como el ABS o los airbags.
Por último, las emisiones contaminantes son otro factor decisivo. Los niveles deben estar dentro de los límites legales, y los sistemas anticontaminación no deben haber sido manipulados.