Muchas personas se replantean sus hábitos de vida buscando mejorar su salud y aumentar su longevidad. Aunque se estima que una parte de la longevidad está determinada genéticamente, hay hábitos que podemos adoptar para potenciar o silenciar esos genes. Basándonos en los consejos de Hassan Vally de la Universidad de Deakin y en investigaciones recientes, podemos destacar cinco hábitos que son comunes entre las personas que viven más de 100 años con buena salud.
1. Buena alimentación
La dieta juega un papel crucial en la longevidad. Las personas que viven más de 100 años tienden a consumir dietas ricas en frutas, verduras, granos integrales y legumbres, limitando el consumo de carnes rojas y procesadas. Estos hábitos no solo contribuyen a una vida más larga sino también a una mejor calidad de vida.
2. Peso saludable
Mantener un peso saludable es esencial para evitar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer. Un peso saludable se logra mediante una dieta equilibrada y ejercicio regular, no a través de dietas extremas o restrictivas.
3. Actividad física
La actividad física regular es uno de los pilares de la longevidad. No se trata solo de ejercicio intenso, sino de mantenerse activo diariamente. Caminar, nadar, o cualquier actividad que disfrutes y que mantenga tu cuerpo en movimiento puede tener un impacto significativo en tu salud a largo plazo.
4. No fumar
Fumar es uno de los hábitos más perjudiciales para la salud. Las investigaciones muestran que dejar de fumar puede aumentar la esperanza de vida significativamente, ya que el tabaquismo está directamente relacionado con diversas enfermedades crónicas y mortalidad prematura.
5. Relaciones sociales
Las relaciones sociales juegan un papel crucial en nuestra salud mental y física. Mantener relaciones sólidas y de apoyo puede ayudar a reducir el estrés, mejorar la salud mental y aumentar la sensación de pertenencia, lo cual es vital para una vida larga y saludable.
Estos hábitos, respaldados por estudios y expertos, ofrecen un camino hacia una vida más larga y saludable. Aunque cambiar los hábitos puede ser desafiante, los beneficios a largo plazo valen la pena. En España, como en muchas otras partes del mundo, adoptar estos hábitos podría marcar la diferencia en la esperanza de vida de la población.