Francesc Bernat (1996) es un joven natural de Consell, que si no lo encuentras en el campo, lo más seguro es que esté viajando por el mundo. Bernat, estudió el Curso Superior de Medio Rural y Paisajismo en sa Pobla, en el Joan Taix, pero asegura que el mejor maestro que ha tenido es su abuelo.
Es autónomo desde hace siete años y su principal ocupación es el diseño paisajístico. Este año ha creado tres jardines desde cero con plantas autóctonas y mediterráneas. «Ha sido une experiencia muy enriquecedora, ya que es de los primeros grandes proyectos que he hecho. Diseñamos el jardín virtualmente y luego lo llevamos a la práctica, además también diseñamos balcones de ciudad».
Los meses en los que no hay tanto trabajo también se dedica a la recogida de productos agrícolas para Can Xisples, el único comercio de hortalizas del municipio que regentan sus padres, en el que todos sus productos son del huerto de su casa. «Estamos muy satisfechos con el trabajo que estamos haciendo, ya que esta temporada ha ido muy bien. Sin embargo, la última ola de calor nos ha afectado mucho porque los tomates se han agrietado. Lo que más se vende, sin duda, son tomates, melones, sandías y berenjenas», explica.
Además, este año el payés ha estado trabajando en dos huertos ecológicos de dos hectáreas para distintos restaurantes de la isla. «Cada vez la hostelería apuesta más por el producto local y autóctono, para ofrecer un buen producto», asegura. Además, los meses de verano recoge algarrobas «aunque haya bajado el precio es un trabajo que estos últimos años se ha pagado muy bien y además, se trabaja en la sombra, que se agradece»
El joven es consciente de que uno de los problemas del campo es la falta de relevo generacional, ya que «a día de hoy un joven que termina sus estudios de agrónomo o del medio rural es complicado que sea autónomo ya que las tierras suelen heredarse entre familiares. En mi opinión, el gobierno debería incentivar a los jóvenes para que se dediquen a ello, ya que si se le echan horas, es un trabajo muy bien remunerado», explica.
Las nuevas generaciones vienen pisando fuerte y están arrasando con los prejuicios que envuelve este sector. «La agricultura y el trabajo en el campo siempre ha sido muy tradicional y conservador, por eso desgraciadamente todavía encontramos muchas situaciones de racismo, machismo y homofobia».
«Aun así, los últimos años se ha mejorado muchísimo. Hay muchísimas mujeres que están al frente de empresas agrícolas y trabajan en el campo. Ya no es cosa de hombres. Y este cambio se ha visto reflejado en el rendimiento de muchas empresas agrarias», explica el Bernat mientras añade que las razones por los que «me gusta mi profesión es el amor al paisajismo y que no podría estar en una oficina quieto» explica el joven desde su pueblo natal.