La Cooperativa Payesa de Pollença es un referente en lo que se refiere a la cría y comercialización de cordero de calidad. Estos días ha registrado una febril actividad que se ha traducido en una venta que supera los 1.000 corderos en tan solo cuatro días, según informa su gerente Paco Úbeda. Los ganaderos mallorquines están contentos en general con esta campaña pues «ha aumentado la demanda de cordero respecto del año pasado», dice Martí Solivellas, ganadero y presidente de la Cooperativa de Pollença. Según el interlocutor «este año los productores hemos vendido todo lo que hemos querido vender, a diferencia del año pasado en que por estas fechas los mercaderes y carniceros nos dijeron que no querían más y se acabó».
Solivellas agrega que «por una parte el sector está satisfecho, pero la alegría no acaba de ser completa pues el precio de venta en origen ha sido el mismo del año pasado». Hasta hoy los ganaderos han percibido un pago de 6,45 euros por kilo en canal. Úbeda añade que «la ventaja es que no ha sufrido subidas y bajadas. Se pactó ese precio a comienzos de semana y se ha mantenido a pesar del aumento de la demanda».
Aún así, no deja de llamar la atención que el cordero se llegó a pagar a 8,50 euros el kilo en canal en Navidad. Solivellas lamenta que «precisamente es irónico que en Pascua, que es la época en que el cordero es el protagonista gastronómico de las fiestas, éste vaya casi a mitad de precio que en Navidad». El llamado cordero pascual es un animal ya crecido y que en vivo alcanza entre 21 y 25 kilos. Cuando se sacrifica y se destripa mengua un 50 por ciento aproximadamente. «Quedan unas canales de 10 u 11 kilos», indica Úbeda.
Ambos interlocutores reconocen que se han perdido tradiciones y el aprovechamiento de todo el cordero, como antaño era tradicional. Solivellas explica que «no existe un consumo de casquería como antes. Cuando sacrificamos un cordero sólo aprovechamos las piezas de lo que llamamos el frito: pulmones, corazón e hígado». En el matadero se eliminan el resto de vísceras y también la cabeza por lo que ahora no se comercializan los preciados sesos.
Solivellas insiste en que «incluso la piel del cordero no tiene valor aquí, cuando en la Península se cobra a 14 o 15 euros la pieza. A nosotros nos han insinuado incluso que deberemos pagar para que se eliminen». Estos día muchos hogares disfrutaran de dos platos gastronómicos locales celebérrimos: el frit y las empanadas. Ambos precisan del cordero como elemento principal si se cocinan en la forma tradicional.