La princesa Magdalena, hija menor de los reyes de Suecia, contraerá mañana matrimonio en la capilla del Palacio Real de Estocolmo con el financiero estadounidense Christopher O'Neill.
Será la segunda boda real en tres años en Suecia, después de la de la princesa Victoria, hermana mayor y heredera del trono, con Daniel Westling, aunque las celebraciones y la atención pública serán más modestas porque Magdalena es la cuarta en la línea de sucesión.
Una cena privada para los invitados esta noche en el Grand Hôtel de Estocolmo abrirá el programa, que continuará mañana con el enlace, que comenzará a las 14 horas GMT y será oficiado por Lars-Göran Lönnemark, obispo emérito, y por Michael Bjerkhagen, predicador de la congregación de la corte sueca.
La capilla, que no ha sufrido casi cambios desde su inauguración en 1754, es la iglesia de la parroquia de la corte sueca, y en ella se han celebrado hasta ahora cinco bodas reales, la última en 1974, entre la princesa Cristina, tía de Magdalena, y Tord Magnusson.
Finalizada la ceremonia, se dispararán veintiuna salvas desde las cercanas instalaciones militares de Skeppsholmen antes de que los novios desfilen en carroza por el centro de Estocolmo, al igual que hicieron Victoria y Daniel en 2010.
Tras el paseo, de unos dos kilómetros, llegarán al islote de Riddarholmen, desde el que, al igual que los otros invitados, tomarán una barcaza hasta el palacio de Drottningholm, donde se celebrará el banquete nupcial y del que no habrá imágenes, al contrario de lo que ocurrió con su hermana.
Drottningholm, residencia oficial de los reyes desde 1981 y donde nació Magdalena un año después, fue además el primer monumento sueco declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La Casa Real no ha difundido de momento ninguna lista de invitados, aunque según han adelantado medios suecos o las respectivas casas reales, habrá una nutrida representación de la realeza europea, aunque más modesta que en 2010.
De Dinamarca se espera a los príncipes Federico y Joaquín con sus esposas, Mary y Marie; de Noruega, los príncipes Haakon y Mette Marit, la princesa Marta Luisa y su esposo, Ari Behn; de Inglaterra, el príncipe Eduardo y su mujer, la condesa Sofía de Wessex; además de las princesas Takamado de Japón y Charlene de Mónaco.
Los príncipes Nikolaos y Tatiana de Grecia y los duques Guillermo y Estefanía de Luxemburgo son algunos miembros de la realeza que también figuran en la lista de invitados, aparte de la familia real sueca al completo, amigos de los novios y personalidades de Suecia, como Karl-Johan Persson, heredero de la cadena de moda H&M.
La Casa Real Española no enviará a ninguno de sus miembros, una polémica decisión que ha sido muy comentada ya que no se han especificado los motivos de dicha decisión.
La Casa Real no desvelará hasta última hora los detalles sobre el vestido de la novia, aunque los medios suecos han especulado con el modisto italiano Valentino y con la sueca Linda Nurk.
La boda culminará una relación que comenzó hace más de dos años, cuando la pareja se conoció a través de un grupo de amigos comunes.
«Compartíamos el mismo humor y nos divertíamos mucho juntos. Chris me abrió mi corazón, es mi alma gemela», dijo la princesa en una entrevista difundida por la Casa Real el día en que se anunció el compromiso, el 25 de octubre del año pasado.
Para Magdalena, que el lunes cumplirá 31 años, fue el segundo compromiso en tres años, tras el fallido intento con el abogado sueco Jonas Bergström, con quien formó pareja durante siete años.
Las infidelidades de Bergström, que fueron objeto de gran atención en la prensa, acabaron con la relación unos meses después y con el traslado de Magdalena a Nueva York para trabajar en las oficinas de World Childhood, la fundación creada y presidida por su madre, la reina Silvia.
La pareja tiene previsto seguir viviendo en Nueva York, ya que Magdalena quiere continuar con su trabajo en la ONG y O'Neill con el suyo en el mundo de las finanzas, por lo que ha renunciado a recibir un título real.
Magdalena representará no obstante a la Casa Real en algunos compromisos oficiales, tanto en Suecia como en el extranjero.