Garito Café celebró su 25 aniversario maridando música, diseño y gastronomía local. El castillo de San Carlos de Palma acogió un evento pensado para todos los públicos, con una veintena de artistas sobre tres escenarios. En 1998, bajo la dirección de Nacho Velasco, el nuevo Garito Café causó un gran impacto en la ciudad. Su atractiva mezcla de soul, jazz electrónico, funk, R&B, chill out y house fue recibida como un soplo de aire fresco en una escena que tiende a reinventarse. Bajo su gerencia, el Garito se asentó como uno de los destinos más bohemios a la par que vanguardistas de la Isla, respaldado por una cuidada programación y una cabina surtida de talento. Además, el local contó con un aliado inesperado: la Dàrsena de Ca'n Barberà, una ubicación tan apartada como seductora y pintoresca.
El cierre del Garito simbolizó la decadencia de la noche palmesana, ahogada por la exigente normativa y la feroz especulación inmobiliaria; fue el tiro de gracia a la cultura de club, incubadora de nuevos estilos musicales que fomentan el desarrollo cultural de una ciudad. A esas trabas hay que añadir que «el ocio nocturno ha cambiado mucho, el público actual se mueve de forma diferente y la fidelidad no está entre sus principios», lamenta Velasco, gerente de este club que dejó una huella imborrable en varias generaciones. «Los grandes clubes pasan a la historia, con sus interminables noches, las historias de verano en su terraza, por los jueves de leyenda, por los DJ que se han hecho grandes allí, y por los grandes que han pasado por ahí», opina Paco Colombàs, el DJ y responsable de la productora Panela, que fue partícipe de la magia que palpitaba en el local: «Pertenezco a la última generación de DJ que tuvo el placer de pinchar, pero antes lo disfruté como cliente».
Paco Colombàs, que el sábado formó parte de la parrilla de artistas que amenizó la velada, observa a Nacho Velasco como «un auténtico referente como DJ y empresario». Juntos han impulsado este aniversario en el que Garito persiste como marca más allá del club. Un fiestón y un éxito. Sigo.