Un grupo de mallorquines nos desplazamos a Roma para asistir al baile de máscaras que organizan los príncipes Doria Pamphily en su maravilloso palacio de la Via del Corso, palacio que es su casa y donde atesoran algunos de los cuadros más importantes del mundo. Suya es la obra maestra de Velázquez, el retrato del papa Inocencio X, antepasado de la familia, una de las más importantes de Europa con una historia reciente difícil de explicar fuera del contexto de la nobleza más antigua.
Viajamos con las tres hermanas Gual de Torrella, Mila, Blanca y María, y también Carmen Llompart, que estaba guapísima al igual que Clara Chinea, y también el resto de señoras estupendas mallorquinas y sevillanas que se unieron al grupo. Fue divertidísimo, muy romano, y lo disfrutamos con los Balda, Ernesto Balda y Nita Aspiazu con sus hijos Ernesto Balda, Kassandra Clouthier, Muriel Balda, Matteo Capellani, Mateo Balda e Imanol Balda.
Son una familia maravillosa con la que también compartimos cena en el Nuovo Circolo Degli Scacchi, el club más elegante del mundo, por ahora. Fue una noche mágica a la que siguió una mañana también alucinante en el Gran Priorato de la Orden de Malta, que pudimos visitar de manera excepcional. Por la noche copa en casa del duque Luigi Catemario di Quadri, que nos abrió su precioso palacio romano para una copa previa al gran baile. Llegar al palacio de los Doria Pamphily y adentrarse en sus salones y galerías es vivir otra época de la historia donde la elegancia aún se conserva en todo.
Buffet para cenar con libertad y buen vino y, lo mejor, buena música para que nadie se quedara sin bailar la dolce vita que nos estaba regalando el destino también a Gari Durán, Sonia de Valenzuela y Van Moock- Chaves, Maite Arias, Blanca González- Miranda Sáenz de Tejada y los Mercer Palou de toda la vida. Estaban las señoras elegantísimas y sin duda las más divertidas. También las sevillanas, que llegaron acompañadas de juventud. Javier Pérez de Guzmán, Silvia Bermúdez e hijos y Nina Alarcón con su hijo. Qué gusto ver a los más jóvenes integrarse en la gran sociedad. Había invitados de todo el mundo, algunos muy importantes mundialmente. Y hasta aquí el fin de semana romano previo a Arco.